DIA DEL IDIOMA.... POR QUE SE CELEBRA EL 23 DE ABRIL? ESTE Y OTROS ARTICULOS SOBRE EL DIA DEL IDIOMA
Es un homenaje al autor de 'Don Quijote de la Mancha'.
(Siga leyendo: En el Día del libro: 'El librero recomienda').
Lectores y amantes
(Le recomendamos: 11 libros que han contado historias de Bogotá).
JAIRO VALDERRAMA V.
*Doctor en Ciencias de la Información de la Universidad Austral de Buenos Aires y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Sabana, en Colombia.
11 libros que han contado historias de Bogotá
La Alcaldía de Bogotá seleccionó varias obras en este Día del Idioma.
En el marco del Día del Idioma, el portal de la Alcaldía de Bogotá, bogota.gov.co, destacó algunos de los libros que retratan distintas épocas de la historia de la capital colombiana.
Estos son algunos de ellos:
El Carnero (Juan Rodríguez Freyle)
- Las tres tazas (José María Vergara y Vergara)
- Reminiscencias de Santafé y Bogotá (José María Cordovez Moure)
- Un tal Bernabé Bernal (Álvaro Salom Becerra)
- Sin Remedio (Antonio Caballero)
- Los ojos del basilisco (Germán Espinosa)
- Opio en las Nubes (Rafael Chaparro)
- Noticia de un secuestro (Gabriel García Márquez)
(Le puede interesar: Los Billis, la banda de Unicentro, narrada por un testigo)
- La Trilogía de Bogotá (Gonzalo Mallarino)
- Tú, que deliras (Andrés Arias)
- Chapinero (Andrés Ospina)
EN EL DIA DEL LIBRO: EL LIBRERO
RECOMIENDA:
Hablemos bien el castellano, ¿okey?
Si los periodistas maltratamos el idioma, seremos responsables de su deterioro entre los colombianos
Los periodistas somos faros visibles para la sociedad, así que si maltratamos el idioma, somos responsables en buena parte de su deterioro entre los colombianos. Un amigo mío, Óscar Papalini, dice que no hay derecho para que luego de estudiar cuatro o cinco años en la universidad los periodistas estropeemos el bello idioma de Cervantes.
En otra ocasión hice también algunas correcciones (y lo seguiré haciendo) a unos colegas, y uno de ellos me escribió ofendido, me insultó y me preguntó con qué autoridad lo hacía. Me vi obligado a contestarle simplemente que mi doctorado en la Universidad Complutense de Madrid es en Filología Hispánica. Me refiero a periodistas de radio y televisión. Y no es que los de prensa tengan tiempo para corregir sus errores, no. He visto que los de radio y televisión repiten los mismos errores y horrores, o sea que hay ignorancia al respecto.
Comencemos por los verbos iniciar versus comenzar, poner versus colocar, recepcionar versus recibir. Si no hay sujeto se dice: se inician los festejos. Si hay sujeto se dice: el alcalde inicia o comienza los festejos. Qué horror oír a un comunicador: el atardecer se colocó rojo. Un amigo decía que su hermano se colocó rojo de la ira. En ambos casos se dice: se puso.
Y los locutores deportivos, que a veces hablan tan mal, creerán que es muy chic decir que el jugador recepcionó el balón, en vez del humilde y castizo recibió. Los mismos periodistas dicen: Millonarios metió un gol a través de tal jugador. Pobre muchacho, lo perforaron y en la cancha quedó el reguero de sangre, pues el balón pasó a través de él, posiblemente de su estómago. Creo que fue Turbay Ayala el que prohibió los extranjerismos en los medios y en la publicidad. Una ley más para burlarse de ella.
El presentador de un anterior musical de Caracol y otro de RCN mandaban a los cantantes al basckstage. ¿Era para ellos un trabalenguas decir camerino? Y ahora en el Desafío se lee The box. ¡Qué tan elegantes! ¿No sabrán la traducción? ¡Seguramente en inglés suena más wonderful que en castellano que es un idioma feo!
Y, a propósito, por qué dijo la bella Andrea Serna que la competición se desarrollaba en la selva, si sabemos que fue “aquí abajito no más” en Tabio y que se ve una carretera al lado de las instalaciones. Yo que conozco bastante la selva amazónica me preparaba para adivinar a qué rincón se fueron a montar los escenarios.
Los colombianos que seguimos a James Rodríguez nos tendríamos que resignar a verlo jugar solo en marzo porque el periódico deportivo AS Colombia tituló tan campante: ‘James juega hasta abril’. Es un error muy común en el altiplano cundiboyacense y también entre los periodistas el uso incorrecto de la preposición hasta. Lo correcto que debió escribir es: ‘James no juega hasta abril’.
Seguiré en otra ocasión con los frecuentes errores de los periodistas de un noticiero de televisión del mediodía y de la tarde noche. Errores en lectura, locuciones, concordancia, mal uso de preposiciones, etc.
ANDRES HURTADO
Periodista.
Aprenda a hablar un segundo idioma desde casa con estas apps
Con estas aplicaciones podrá aprender otra lengua en cualquier lugar y gratis.
Aprender a hablar inglés o alguna otra lengua extranjera es la meta de muchos. Sin duda, esta es una herramienta que le permitirá abrirse muchas puertas, no solo en el área laboral, sino también de estudio e incluso al momento de viajar a otras partes del mundo.
Anteriormente aprender o practicar una segunda lengua era todo un desafío logístico, que implicaba asistir a academias de idiomas o contratar un profesor particular. Si bien estas alternativas siguen siendo populares y tienen grandes ventajas que permiten empaparse mejor del idioma, hay otras opciones para aquellos que tienen menos tiempo o recursos.
Se trata de las aplicaciones en línea, las cuales suelen ser gratuitas o muy económicas, y además representan otra ventaja: se puede aprender desde cualquier lugar.
Estas son algunas de las aplicaciones más económicas (o gratuitas), fáciles de utilizar, con más recursos y también las más populares disponibles en el mercado.
Duolingo
Esta es una de las aplicaciones más populares en la actualidad, quizá la más famosa. Y no es para menos. La plataforma permite tener cursos de diferentes idiomas como alemán, italiano, japonés, ruso, portugués, turco, holandés, irlandés, danés, sueco, ucraniano, esperanto, polaco, griego, húngaro, noruego, hebreo, galés y, por supuesto, inglés.
Es fácil de utilizar, bastante didáctica, con minijuegos, actividades cortas, recompensas por objetivos y más que hacen que la experiencia sea agradable incluso a quienes tienen ‘fobia’ a aprender otro idioma.
Lo mejor: es gratuita.
(Lea también: Un metro de distancia en colegios es suficiente, según guía de los CDC)
Babbel
Otra aplicación sumamente famosa, y catalogada por muchos como una de las más completas y mejor estructuradas para facilitar el aprendizaje de cada idioma, por lo que la dinámica puede cambiar un poco entre cada lengua.
En Babbel se puede aprender inglés, francés, alemán, italiano, ruso, portugués, sueco, turco, polaco, holandés, indonesio, danés y noruego.
Se puede utilizar de manera gratuita, pero para acceder a todo el material y los contenidos premium es necesario pagar una cuota mensual o planes semestrales o anuales. De cualquier forma, es bastante económica.
(Lea también: Sena abre más de 14.600 cupos para formación presencial)
Busuu
Al igual que la anterior, esta aplicación tiene una versión gratuita y otra paga, con más contenido y recursos para reforzar los aprendizajes.
Sin embargo, destaca por fortalecer habilidades que normalmente no se atienden en las app, como ejercicios de conversación, pronunciación y gramática.
En esta se pueden practicar lenguas como inglés, portugués, francés, italiano, alemán, chino, japonés, ruso, turco, polaco y árabe.
(Lea también: El invento de un colombiano para crear casas con material reciclable)
Memrise
A diferencia de las anteriores, en esta plataforma no se pueden aprender tantos idiomas. Solamente están disponibles inglés, francés, alemán, japonés, italiano, coreano, portugués y ruso.
Sin embargo, no deja de ser muy práctica y, sobre todo, entretenida. Por medio de juegos y ejercicios, el aprendizaje se vuelve una actividad dinámica y nada monótona. También cuenta con una versión paga y una gratuita.
LEER EN VOZ ALTA..: COMBUSTIBLE
PARA LA IMAGINACION....
Meghan Cox Gurdon explora en La magia de leer en voz alta el encanto de leer para los otros
Leer en voz alta fortalece los lazos del amor familiar, ayuda a construir el cerebro de los niños, aumenta su desarrollo socioemocional y potencializa su adquisición del lenguaje. Además, fomenta la imaginación, la alfabetización cultural y amplía los horizontes literarios. Es una excelente manera de reponer algo de lo que la tecnología, con todos sus beneficios, nos está quitando. ¡Y es divertido!”.
Con estas palabras, la escritora y periodista estadounidense Meghan Cox Gurdon nos invita, en La magia de leer en voz alta, a regresar a una tradición que se remonta siglos atrás, desde la Grecia clásica, cuando las historias se transmitían de manera oral. Una tradición tan fuerte que ha trascendido a nuestros días a través de las nuevas tecnologías como los audiolibros y los pódcast.
(Lea también: Leer en familia: cuando los libros encantan a grandes y a chicos)
En este libro reúne una serie de guías ideales para que padres y profesores desarrollen este hábito en niños, jóvenes y hasta en los adultos. En el libro, Cox desarrolla temáticas como la importancia de los libros ilustrados, el efecto de los clásicos en los niños, la generosa recompensa del vocabulario y, entre otros puntos, el desarrollo de la atención.
¿Cuándo descubrió el placer de la lectura?
No lo recuerdo. Me ha encantado leer desde que tengo memoria. Parece que siempre ha sido parte de mí, como el color de mis ojos.
Usted comenta que “la historia de la humanidad es la historia de la voz humana contando historias”. ¿Será que la lectura en voz alta fue la primera forma de entretenimiento?
¡Qué pregunta tan maravillosa! No lo sé. Mi conjetura es que la narración habría estado entre los primeros tipos de entretenimiento. ¿Es anterior a la pintura rupestre? ¿O a bailar alrededor del fuego? Eso no lo sé...

Meghan Cox Gourdon también ha sido colaboradora para ‘The Daily Thelegraph’ y ‘The Washington Post’, entre otros medios.
cortesía Michael Kress
Para muchos, leer en voz alta a veces se toma como algo ridículo. ¿Cómo romper ese paradigma?
Es cierto que leer en voz alta no se parece a las demás cosas de nuestra vida. Es una forma especial de estar con otra persona que puede percibirse como incómoda al principio. Podemos ser tan autocríticos: preocupándonos de que estamos pronunciando mal algunas palabras, o disgustándonos con el sonido de nuestras voces, o sintiéndonos autoconscientes. Pero en realidad, leer en voz alta –en el sentido de ser alguien a quien le lean– es algo que experimentamos todo el tiempo. Es lo que pasa cuando escuchamos la radio o un audiolibro. Es lo que sucede en las iglesias, mezquitas o sinagogas; escuchamos a alguien leyendo –o recitando– los textos sagrados. Así que como adultos ya hemos experimentado esta tradición. Entonces, sí, a veces hay un poco de rareza momentánea cuando empezamos a leer por primera vez, pero incluso los escépticos se sorprenden por la rapidez con que la incomodidad disminuye y el placer de las palabras comienza a envolverlos y atraparlos.
(Le puede interesar: Cien años de Gianni Rodari, el escritor que revolucionó la literatura infantil)
Además de que puede ser una buena forma de desconectar a los niños de la tecnología. ¿Qué consejo les da a los padres?
Reservar tiempo para leer juntos todos los días, convirtiéndolo en algo especial y amoroso, es muy efectivo. La mayoría de los niños anhelan la aprobación y atención de sus padres, y la lectura compartida es una de las maneras más efectivas de hacer que ese ‘tiempo juntos’ tenga lugar. Curiosamente, son los padres más ocupados los que más necesitan leer en voz alta, porque les da una manera de potencializar ese limitado tiempo que tienen con sus hijos. Una vez al día, leer algunos libros ilustrados o un capítulo de una novela hace todo esto: construye la relación, mejora la confianza, reduce el estrés, llena la mente de los niños con el lenguaje, estimula su desarrollo cognitivo y, superimportante, les da a los niños toda la atención de sus padres. Pero las tabletas y los teléfonos tienen que apagarse, ya que la tecnología no es un buen compañero durante el tiempo de lectura en voz alta.
¿Cuáles cree que son los errores más comunes de los adultos (padre o maestro) al enseñar a un niño el hábito de la lectura?
La enseñanza de la lectura no es mi especialidad, pero creo que cuando presentamos los libros a los niños como si fueran algún tipo de carga, o una montaña para escalar, hacemos más difícil el descubrimiento del deleite y el placer que hay en ellos. Esta es otra ventaja de la lectura en voz alta. Si comenzamos a leerles a los niños cuando son pequeños, cuando les llegue el momento de aprender a leer van a llegar con una larga experiencia de la alegría por las historias.
Y entonces ¿cómo leer con ellos?
Estoy a favor de la libertad. Eso significa darle a un niño la libertad de moverse si no quiere quedarse quieto, y la libertad de tocar y jugar con sus libros, y la libertad de pedir la misma historia una y otra vez (incluso si el pobre adulto se está volviendo medio loco con la repetición), la libertad de saltar al final de libros aburridos para encontrar algo más emocionante. Quiero que los niños y las familias experimenten los libros como una delicia, no como una obligación.

El libro es editado por Urano en Colombia.
Archivo particular
También anota que la lectura en voz alta puede crear una conexión importante entre dos personas...
Leer en voz alta es una manera de pasar tiempo con otra persona sin tener que conversar. Ahora, puede ser gratificante conversar, pero no todas las relaciones –y no todas las situaciones en la vida– lo hacen fácil. Si tenemos un adulto y un bebé, ¡la conversación es muy unilateral! Si las personas involucradas son progenitor y adolescente, la conversación podría sentirse como forzada para el adolescente. Y si una persona es muy mayor, frágil y cansada, puede que no haya mucho que decir. Un libro nos alivia de la necesidad de pensar cosas nuevas para decir y nos da una historia que podemos disfrutar juntos, una historia que es sacada de la página por el lector y ofrecida como una especie de regalo al oyente. Leer juntos es una experiencia de unión que construye la relación en formas que son químicas, emocionales, generacionales y culturales.
(Lea además: Libros para niños, objetos maravillosos)
Incluso es, como dice, una “vía de escape al sufrimiento...”.
Déjame contarte una historia sobre algo que pasó en Navidad el año pasado. Mi madre ha tenido recientemente problemas de salud que la han dejado sintiéndose mareada, inestable y temblorosa. Ella tiene miedo y pasa mucho tiempo preocupada por sus síntomas. De repente pasó de ser una mujer activa, vivaz e independiente de 77 años a ser una persona angustiada, aparentemente diez años mayor. En Navidad le pregunté si podía leerle, y ella estuvo de acuerdo. Así que nos acomodamos en el sofá y le leí una traducción de Cicerón de Cómo envejecer. Fue una experiencia notable para ambas. La última vez que habíamos leído algo juntas, yo era una niña pequeña. Y ahora me encontraba leyéndole algo a ella, y tuvo el placer relajante de escuchar. Mientras tanto, ambas estábamos asimilando la sabiduría sobre la vida y el envejecimiento de un hombre que vivió hace 2.000 años. Durante un par de horas, mi madre se olvidó del tormento de su propia situación y fue capaz de viajar a través del tiempo, para familiarizarse con este reconfortante y viejo romano.
¿Cree que la lectura es el mejor antídoto contra la soledad?
La mejor medicina contra la soledad es probablemente vivir en un pequeño pueblo italiano rodeado de un montón de niños ruidosos y vecinos habladores y ancianos sensibles. (Risas). La lectura es, digamos, la segunda mejor medicina contra la soledad. Es una manera de viajar fuera de nuestras propias vidas y de nuestro propio tiempo, fuera de una atmósfera de realismo castigador, para que podamos, como el escritor estadounidense W. E. B. Du Bois escribió en 1903: “Movernos brazo a brazo con Balzac y Dumas, donde hombres sonrientes y mujeres acogedoras se deslizan en salas doradas”. En las páginas de la literatura obtenemos conocimiento, compañeros, modelos para seguir y objetos de deseo; así como humor, intensidad, ingenio y belleza. Al leer –esa gran comunión– nos perdemos, incluso mientras nos encontramos a nosotros mismos.
Se describe en su libro el caso de la escritora Zora Neale Hurston, que luego de escuchar a su profesor leerle en voz alta un poema de Coleridge, supo que quería ser escritora. ¿Al exponer a un niño a la lectura en voz alta podemos estar formando a los escritores del mañana?
¡Sí! Y tengo otra historia para ti, una que escuché de un miembro de la audiencia en un discurso que di a comienzos del año pasado (¡oh, cómo extraño interactuar con las personas!). Este tipo, un maestro, había estado en la escuela de posgrado y quería tomar el curso de escritura de más alto nivel que podía encontrar. En el primer día de clase, su profesor dijo: “Miren, todos ustedes ya son escritores decentes. La única manera de que se conviertan en escritores aún mejores es marinándose en el trabajo de los grandes”. Así que, durante todo el curso, ese profesor se dedicó a leer en voz alta a sus estudiantes. ¡Creo que eso te da tu respuesta!
(Le puede interesar: Libros para que los niños de todas las edades lean en cuarentena)
Si algunos padres nunca tuvieron el hábito de la lectura ni libros en la casa, no es exagerado suponer que no les van a leer a sus hijos y que estos mismos niños no serán lectores asiduos al crecer. ¿Cómo se puede romper esa cadena? ¿Cómo educar adultos que tienen opiniones ya arraigadas e inflexibles y que posiblemente consideren los libros como una pérdida de tiempo?
Bueno, creo que aquí tenemos que hacer algunas distinciones. Algunos niños criados sin libros se convierten en ávidos lectores –lo sabemos por la historia–, mientras que algunos niños que crecen rodeados de libros pueden no seguir leyendo hasta la edad adulta, especialmente si se dejan engañar por las tentaciones de la tecnología. Esta situación se está desarrollando en todo el mundo. Cuantas más personas se habitúen a las pantallas, más perderán la capacidad de participar en la lectura profunda. La neurobióloga Marianne Wolf ha escrito un libro maravilloso pero doloroso sobre esto, “Reader Come Home” (Vuelve a casa lector), así que creo que es importante reconocer que leer en voz alta no es garantía de un romance de por vida con el acto de leer. Es, sin embargo, una manera maravillosa de disfrutar del lenguaje y la literatura en una compañía humana cálida y agradable. Para el oyente no implica ningún esfuerzo ya que el lector está convirtiendo la palabra impresa en discurso, y el habla es muy fácil de entender para cualquier persona. El habla viene naturalmente a nosotros; es, en los aspectos más importantes, nuestro primer idioma.
¿Y sobre los adultos con opiniones arraigadas?
En cuanto a los adultos que tienen opiniones arraigadas e inflexibles sobre la lectura... Mi sospecha es que esos adultos que no ven ningún valor en la lectura nunca han tenido el placer de ello. Eso es triste, y una pérdida cultural. ¡Esos adultos necesitan que alguien les lea!
Como narro en el libro, he visto multitudes enteras de personas que disminuyen la marcha y se detienen y giran con interés y una especie de alegría naciente cuando escuchan a una persona leyendo en voz alta. Realmente hay algo cautivador en esta antigua práctica.
¿Cree usted que en la vida moderna, con tantas distracciones y entretenimientos, se ha perdido la capacidad de escuchar realmente al otro, en especial dentro de la familia?
Creo que es algo que está pasando, y me apena decir que me está pasando a mí. Cuanto más uso mi teléfono y mi computador, más siento que parte de mi mente está siempre en Internet, de modo que nunca estoy tan presente en el momento como solía estar o quisiera estar. En el libro hablo de las formas en que los niños se sienten borrados y negados, como si no fueran nada, cuando sus padres se apartan de ellos para prestar atención a las máquinas. Digamos que un niño y su madre están haciendo algo juntos y la madre se detiene a responder un mensaje: su rostro se queda en blanco y se afloja –nuestros rostros hacen eso, cuando estamos absortos en nuestras pequeñas pantallas–; esto resulta angustiante para los niños. Los bebés se molestan mucho cuando las caras de sus padres se quedan así en blanco. En estudios sobre los efectos de la tecnología se puede ver a los bebés retorciéndose y gritando para tratar de llamar la atención de sus padres. Es desgarrador. Los niños necesitan nuestra atención total al menos por un tiempo cada día. Leer en voz alta es una manera maravillosa de darles ese tiempo: estás sentado con un niño y dedicando todo tu ser a compartir imágenes e historias con ese pequeño, y a los niños les encanta, absorben toda la experiencia. Esta es una de las razones por las que digo que leer en voz alta nos devuelve algo de lo que la tecnología nos está quitando.
(Lea además: Antes de leer fui oidora de las historias de abuelas: Yolanda Reyes)
Los índices de lectura en América latina son más bajos que en países como Estados Unidos. Los libros son muy costosos y las bibliotecas no están tan bien dotadas como sería lo ideal. ¿Qué puede hacer un padre que quiera fomentar la lectura en sus hijos pero no tenga plata para comprar libros ni acceso a una biblioteca?
Sí, esto es un desafío y no hay una respuesta fácil. Entiendo que en América Latina los padres pueden no tener el hábito de dejar que sus hijos jueguen con los libros; que los libros tienen un estatus elevado y son tratados como objetos preciosos. Ahora, yo estoy de acuerdo en que son objetos preciosos, pero también existen para darnos conocimiento y placer, y para conseguir eso necesitamos tocarlos. Si advertimos a los niños que no toquen los libros, pueden llegar a asociar la lectura con el miedo. En cambio, cualquier cosa que podamos hacer para asociar los libros y la lectura con placer y alegría ayudará a la causa de la alfabetización. Los libros son lo ideal, pero en su ausencia podemos también leer otras cosas que están en nuestro entorno. Los padres pueden usar revistas, letreros de almacenes, carteles publicitarios… cualquier combinación de palabras e imágenes se puede utilizar de una manera lúdica para que los niños conozcan el lenguaje y las ideas que vienen con las imágenes.
PABLO CONCHA*
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
*Escritor colombiano, autor de los libros de cuentos 'Otra Luz' y 'La piel de las pesadillas' ,y colaborador literario en Libros & Letras y otros medios culturales.
La biblioteca de los libros que se leerán en el 2114
La artista escocesa Katie Paterson, de 40 años, abre las puertas de la Librería del Futuro, un proyecto a 100 años que lanza a escritores y a sus obras inéditas a una aventura futurista que solo terminará en 2114.
El proyecto de Paterson es un viaje mental e intelectual de 100 años. Desde 2014 escritores de Canadá, Corea del Sur, Francia, Noruega, Islandia y Reino Unido empezaron escribir textos inéditos, uno por año, que solo serán impresos y leídos por primera vez en el 2114.
Esos textos han sido entregados en un ritual en medio de un bosque en las afueras de Oslo (Noruega), que comenzó a cultivarse hace 6 años con el objetivo principal de producir el papel en el que se imprimirán esas obras dentro de un siglo.
Hasta ahora no hay ningún texto de un autor iberoamericano y la única exigencia para hacer parte de la Librería del Futuro es que el escritor tenga “imaginación y tiempo por lo que el abanico es bastante abierto. Escuchamos una sugerencia suya”, dice a EL TIEMPO Anne Beate Hovind, actual presidenta de este proyecto de arte público, que es apoyado por la municipalidad de Oslo y que recurrirá a la empresa privada y a las donaciones para sostenerse.
Pero, la selección de los escritores no es tan fácil como ella dice. Los elegidos hasta ahora son prolíficos, muy reconocidos y premiados. Lo que parece no importar es la procedencia, edad del escritor ni, tampoco, el idioma que emplee.
“Los autores están siendo seleccionados por sus destacadas contribuciones a la literatura y la poesía y por su capacidad de capturar la imaginación de la presente y de las futuras generaciones. La longitud del texto la decide el escritor”, dice Beate Hovind.
La Librería del Futuro es una ambiciosa apuesta a un siglo que involucrará a más de tres generaciones. Habrá un custodio que se encargará de recoger el texto del escritor seleccionado cada año y quien irá pasando la antorcha de este sueño hasta que se haga realidad en 93 años, a partir de hoy.
La sala fue diseñada por Paterson y un arquitecto, y funcionará en el quinto piso de “la nueva fantástica biblioteca pública de Oslo”, según Beate Hovind. Allí se están guardando los manuscritos recibidos. La biblioteca no se ha abierto al público oficialmente debido a la pandemia.
(También puede leer: ¿En qué casos debe ir una coma antes de la 'y'?).
Cuenta que “cada manuscrito se guardará en una pequeña caja iluminada, que tiene un vidrio artesanal al frente. La sala no es muy grande. Podrán ingresar, al mismo tiempo, solo unas 7 personas y los nombres de los escritores irán siendo incluidos en una guía de cristal donde la gente los podrá ubicar”.
El fideicomiso creado para mantener la vida de la Librería del Futuro por 100 años “tiene la responsabilidad absoluta de asegurar la obra por ese tiempo y para ello tendrá patrocinadores públicos y privados. No es un trabajo exigente. El bosque crece naturalmente. El municipio es dueño del bosque y lo mantendrá. La sala será cuidada y mantenida por la biblioteca pública. Existe, además, una creciente multitud internacional de guardianes que cuidarán de este legado –asegura, y añade–: Este proyecto sobrepasa la imaginación. La longevidad de esta obra de arte hará que resuene durante el próximo siglo y será un tesoro para que los disfruten las nuevas generaciones. Es un acto de optimismo, que se basa en rituales, en confianza en las generaciones venideras y un legado para las mismas”.El proyecto terminará en una edición limitada que incluirá un certificado que dará derecho al comprador a un juego completo de los textos impresos en el papel hecho del bosque que empezó a cultivarse en 2014.
La Librería del Futuro consta de cuatro componentes claves: el bosque mencionado; un escritor, que es seleccionado cada año para producir un texto inédito; una antología de libros en 2114 y una sala que albergará y mantendrá en fideicomiso la creciente colección de manuscritos inéditos en Deichman Bjørvika, la nueva biblioteca de Oslo, que alberga 235 años de historia y que fue inaugurada en junio de 2020.
Paterson, la creadora del proyecto, sostiene que es “una obra de arte orgánica viva, que respirará y se desarrollará a lo largo de 100 años. Que vivirá y respirará a través del crecimiento material del bosque; imagino los anillos de los árboles como capítulos de un libro. Las palabras no escritas, año tras año, se activarán. La experiencia de una persona que visitará un bosque, que irá cambiando década tras década y que lo hará consciente del lento crecimiento de los árboles del que saldrá el papel que imprima las ideas de los escritores en un siglo, producirá, sin duda, una enorme descarga de energía”.
(Siga leyendo: Amos Oz,acusado por su hija de haberla maltratado en la infancia).
Explica que la Librería del Futuro “tiene en su núcleo a la naturaleza y al medioambiente e involucra la ecología, la interconexión de las cosas, los que viven ahora y los que están por venir”.
La artista cuestiona con su obra “la tendencia actual de pensar en breves ráfagas de tiempo, donde se toman decisiones solo para el ahora, sin pensar en el futuro, que también está vivo. La escala de tiempo de 100 años no basta en términos cósmicos. Sin embargo, en muchos sentidos, la escala de tiempo humana de 100 años es más conflictiva. Está más allá de muchas de nuestras vidas actuales pero, lo suficientemente cerca para enfrentarlo cara a cara, comprenderlo y relativizarlo”.
La actual presidenta de la Librería le dice a EL TIEMPO que todos los proyectos de Paterson siempre “consideran nuestro lugar en la Tierra en el contexto del tiempo y el cambio geológico. Sus obras de arte hacen uso de tecnologías sofisticadas y experiencia especializada para escenificar compromisos íntimos, poéticos y filosóficos entre las personas y su entorno natural… Su trabajo colapsa la distancia entre el espectador y los bordes más distantes del tiempo y el cosmos”.
Considerada como una de las principales artistas de su generación, que busca en sus iniciativas el apoyo de científicos e investigadores de todo el mundo, Paterson ha ganado varios premios por su trabajo, además de ser miembro honorario de la Universidad de Edimburgo y de haber expuesto en el Museo Guggenheim de Nueva York y en La Galería Nacional de Arte Moderno de Escocia, en Berlín, Seúl y muchos otros lugares.
El desafío de escribir hoy lo que otros leerán y evaluarán en 100 años deja un abanico de inquietudes, reflexiones y la certeza de que el escritor argentino Ernesto Sábato (1911-2011) no se equivocó al afirmar que “la vanidad es tan fantástica, que nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros cuando estemos muertos y enterrados”.
Escritores y poetas colombianos consultados sobre la posibilidad de escribir un texto inédito para ser publicado y leído por primera vez solo en el 2114, cuando ya no estemos por aquí, reaccionaron con sorpresa, incredulidad, ansiedad, curiosidad, interés y una pizca de vanidad frente a la posibilidad de dar un primer paso hacia la eternidad y de llegar a lectores que aún no han nacido.
“Habría que pensarlo. Es una apuesta ambiciosa y la primera impresión desconcierta. Sería como lanzarse al vacío sin paracaídas”, fue una de las muchas respuestas recibidas.
Es una meditación sobre la naturaleza del tiempo y un homenaje a la palabra escrita, base material para la transmisión de las palabras a través del tiempo y una propuesta de escritura en sí misma
Pero, para la escritora canadiense Margaret Atwood (1939), la primera en enviar un texto en 2014, la Librería del Futuro “es una meditación sobre la naturaleza del tiempo. También, un homenaje a la palabra escrita, base material para la transmisión de las palabras a través del tiempo –en este caso el papel– y una propuesta de escritura en sí misma como una cápsula del tiempo, ya que el autor, que marca las palabras, y el lector, receptor de las mismas, siempre estarán separados por el tiempo”.
La prolífica poeta y novelista, que también es activista de Amnistía Internacional y miembro del Bird Life International, una organización internacional de protección de las aves, fundada en 1922, también se sobrecoge con la idea de renacer en el futuro.
“Qué extraño es pensar en mi propia voz, silenciosa, despertando después de 100 años. ¿Qué es lo primero que dirá esa voz, cuando una mano aún no encarnada la saque de su contenedor y la abra en su primera página para leer mi texto por la primera vez?”, dice.
Para el novelista inglés David Mitchell (1969), que envió su obra inédita en 2015, “la civilización, como dice un proverbio chino, es tomar el sol a la sombra de los árboles plantados hace cien años por un jardinero que sabía que le sobrevivirían, pero que los plantó igual para el placer de los que no habían nacido. Acepté la invitación de la Librería del Futuro porque me gustaría plantar un árbol así. El proyecto de Paterson es un voto de confianza en el porvenir, pese a las sombras catastróficas que nos rodean. Contribuir y pertenecer a un arco narrativo más largo que tu propia vida es bueno para el alma”.
(Lea además: El poeta Miranda: memoria de una ausencia).
También figuran textos del escritor Sigurjón Birgir Sigurðsson o Sjón, de Islandia, que aunque comenzó su carrera publicando Sýnir (Visiones), en 1978, y fue uno de los líderes del grupo artístico Medusa, se ha dedicado sobre todo a la poesía y sus libros han sido traducidos a varios idiomas. Fue Premio Nacional de Literatura del Consejo Nórdico en el 2005 y de Islandia en el 2013.
Igualmente hay un texto de la escritora Elif Shafak, de origen turco pero nacida en Estrasburgo (Francia) en 1971 y quien es la autora más leída de Turquía. Ha publicado 17 libros, entre ellos 11 novelas, escritos en turco o en inglés y traducidos a 50 idiomas. También ha sido profesora en universidades de Turquía, Reino Unido y Estados Unidos y una defensora de los derechos de las mujeres, del colectivo LGBTI, y de la libertad de expresión.
“Toda esta idea de escribir un manuscrito que, con suerte, se leerá en el futuro, es para mí como escribir una carta ahora y dejarla en un río. No sabes a dónde irá ni quién lo leerá, simplemente crees en el flujo del tiempo”, dice.
La escritora coreana Han Kang (1970), Premio Internacional Man Booker de ficción en 2016 por La vegetariana (Chaesikjuuija), uno de sus primeros libros traducidos al inglés y una novela sobre la decisión de una mujer de dejar de comer carne y sus devastadoras consecuencias, también envió un texto inédito a la Librería del Futuro.
“Mi primera impresión fue que este era un proyecto sobre el tiempo. Que se trataba del ámbito temporal de cien años. En Corea, cuando una pareja se casa, la gente los bendice para que vivan juntos ‘durante cien años’. Parece casi una eternidad. No puedo sobrevivir dentro de cien años, por supuesto. Nadie a quien amo tampoco puede hacerlo.
Ese hecho implacable me hizo reflexionar sobre la parte esencial de mi vida. ¿Por qué escribo? ¿Con quién hablo cuando escribo? Entonces imaginé un mundo donde ya no existirá nadie a quien amo. Y en ese mundo, los árboles en Noruega seguirían existiendo y serían mis únicos conocidos. La clara brecha de la vida útil entre humanos y árboles me sorprendió. Esta meditación es tan fuerte que tiene el poder de abrir directamente nuestros ojos a nuestras vidas mortales y a la fragilidad más preciosa de nuestras vidas”, afirma.
(También puede leer: Homenaje en el Teatro Mayor por los 100 años de Astor Piazzolla).
En 2020 debía entregar su texto el escritor noruego Karl Ove Knausgård (1968), pero debido a la pandemia el ritual se suspendió, pero eso no disminuyó la fascinación que le despertó la Librería del Futuro.
“Es difícil imaginar un proyecto más emocionante y desafiante. Escribir un libro y luego dejarlo dormido, alejado del mundo durante cien años, antes de ser publicado en una realidad que no conoceremos, hace que la mente gire con preguntas tan trascendentales como fundamentales”, dijo.
Y, aunque reconoció que “la muerte se vuelve inmediata de inmediato, también lo hace la vida, transmitida al futuro. Las personas dentro de cien años solo pueden ser extrañas para nosotros: no tenemos idea de cómo serán, qué pensamientos tendrán, qué problemas las preocuparán.
Al mismo tiempo, esas personas serán nuestros descendientes, ya que nosotros somos descendientes de las personas que nos precedieron. Ninguna generación comienza desde cero, cada una lleva consigo las percepciones y experiencias de milenios, recopiladas desde el comienzo de la historia, y la historia comienza con la escritura”.
GLORIA HELENA REY
Para EL TIEMPO



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