CLAVES PARA ORGANIZAR MEJOR EL PROCESO DE ESCRITURA CON LOS ESTUDIANTES

 CLAVES PARA ORGANIZAR MEJOR EL PROCESO DE ESCRITURA CON LOS ESTUDIANTES




Claves para organizar mejor el proceso de escritura

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Si hace tiempo os hablé en el blog de las distintas fases del proceso creativo, hoy quiero comentaros más a fondo las fases en las que se divide el proceso de escritura, que es, al fin y al cabo, lo que más nos interesa a los que nos leemos por aquí.

Son cinco los distintos pasos que se deben dar a la hora de realizar cualquier tipo de escrito:preescritura, escritura, revisión, edición y publicación. Y esto se aplica tanto a cuentos, como a novelas, cartas, poemas, entradas de un blog… ¡E incluso a los textos para el taller de escritura:)

En la serie de entradas sobre este tema, iré desglosando cada una de estas cinco fases. Hoy veremos la primera, que corresponde a la preescritura:

Fase 1. Preescritura

Cae de cajón pensar que, para comenzar una escritura, habrá un proceso previo en el que, como mínimo, nos planteamos qué queremos escribir. La preescritura, por tanto, comprende todo el proceso anterior a la escritura del primer borrador del texto, y en esta fase conviene que resolvamos una serie de cuestiones que harán más sencillas las siguientes etapas del proceso:

Finalidad

Estaréis conmigo en que no será igual una carta íntima a un amigo que otra que enviáis a un banco para conseguir un préstamo. Así que la primera cuestión a plantearse antes de escribir cualquier texto es su finalidad: ¿explicar, informar, instruir, describir, narrar, conmover, persuadir, entretener…? Cuando tengas esta respuesta sabrás, entre otras cosas, el tono que deberás emplear al escribirlo.

Género

A veces el género ya viene predeterminado, pero a veces hay que planteárselo a partir de la finalidad, del propósito a conseguir. Por ejemplo, si el propósito fuese escribir un texto para conquistar a una chica, cabría preguntarse si funcionaría mejor a través de un poema, de una carta de amor o un pequeño relato. Hay muchos tipos de género distintos: notas de prensa, noticias, relatos de suspense, cartas, ensayos, novelas de amor, poemas… Dependiendo del objetivo, un género u otro puede adecuarse mejor a nuestras necesidades.

Audiencia

Quién es el lector o el receptor del texto también puede afectar al modo en que nos planteemos su escritura o incluso la documentación. No es lo mismo un cuento para niños que otro para adultos, tampoco es igual escribir un ensayo científico para una revista especializada que para el público en general.

Tema

En ocasiones, ya tenemos claro el tema que queremos tratar o bien viene dado desde fuera. Por ejemplo, puede que el profesor nos haya mandado un trabajo de investigación sobre un tema concreto, o porque el grupo de escritura en el que participamos hace una propuesta mensual con un tema concreto sobre el que escribir.

Lo que pasa es que, a veces, incluso teniendo el tema marcado, no se nos ocurre cómo enfocarlo o qué historia contar con dicho tema. ¿Qué podemos hacer entonces? Existen una serie de trucos que pueden ayudarnos a dar con la idea:

Haz una lista: me encantan las listas. Me parece que son útiles para casi todo y la escritura no es una excepción. Pongamos por caso que tienes que escribir un texto sobre la violencia. Una buena forma de encontrar ideas es escribir una lista de situaciones que tú relaciones con ese tema. Escríbelas sin pensar, una tras otra, de forma automática y sin censurarte. Cuando termines, reléelas con calma y seguro que alguna te sugiere una buena idea para empezar a trabajar.

Otra forma de realizar la lista sobre un tema es anotando todos los aspectos que nos gustaría hacer llegar al lector. Por ejemplo, si quisiésemos desarrollar una tesis sobre la violencia, escribir una carta o una nota de prensa, sería importante apuntar una a una las partes de las que quieres hablar. Luego pensaremos cómo desarrollarlo y estructurarlo, pero primero tenemos que saber bien qué queremos contar. ^^

Haz una analogía: otra forma de encarar un tema es a través de una analogía. Por ejemplo, puedes intentar explicar tu visión sobre la violencia a través de una pelea de payasos en un circo, o con una historia de leones reclamando su territorio en la sabana. O, por poner otro ejemplo, podrías establecer una analogía entre la sociedad de consumo actual y el ratón que gira en su rueda sin parar. Ése tipo de cosas. Busca el ejemplo con el que puedas encontrar mejor paralelismo y empieza a trabajar a partir de él.

Concede una entrevista: ésta posibilidad puede sonar más extraña pero, qué caramba, a la hora de intentar ser creativos, deberíamos permitirnos estar un poquito locos. Prepara una serie de preguntas sobre el tema que tienes que tratar y luego contéstalas como si te estuviesen realizando una entrevista. Con las respuestas, puede que encuentres la clave sobre cuál es tu visión sobre el tema y cómo podrías enfocarlo en el texto.

Idea

Y, ¿qué ocurre cuando partimos de cero? Cuando tenemos que desarrollar un texto pero ni idea de por dónde empezarlo. Cuando nos sentamos a escribir y nos quedamos en blanco. ¿Te ha pasado alguna vez? Seguro que sí, a casi todos nos ha pasado. ¿Cómo podemos solucionarlo?

Escritura automática: creo que ya os he hablado en muchas ocasiones de la escritura automática en el blog, pero creo de veras que puede ser una gran fuente de inspiración y creatividad. Para ello, hay que lanzarse a escribir lo primero que se nos venga a la cabeza, sin censuras de ningún tipo y sin necesidad de que tenga sentido aparente. Lanzarse a escribir a lo loco durante 5 o 10 minutos y dejar que el subconsciente nos vaya guiando. Al terminar, además de habernos desahogado, puede que tengamos uno o dos temas interesantes para empezar a desarrollar.

Tormenta de ideas: elige un tema que te gustaría tratar (violencia, amor, guerra, venganza…) y escríbelo en el centro de una hoja. Luego, tal y como comentábamos en el punto anterior del tema, haz una lista con situaciones que relaciones con ese tema.

Disparador creativo: otra forma de conseguir ideas es a través de un disparador creativo. Se trata de tomar una serie de palabras o una frase, por ejemplo, y desarrollar una idea a partir de ahí. Buscando un poco por Google seguro que encuentras alguno. También puedes usar tanto la lista de ejercicios del blog como los disparadores creativos de la aplicación de iDeas para Escribir.

Usa la memoria: rebusca en incidentes o anécdotas vividas, de tu pasado, de tu infancia, de tu juventud…

Anota tus ideas: si llevas un cuaderno de ideas siempre encima para ir anotando cualquier cosilla que se te ocurra, cuando estés ante un papel en blanco puedes recurrir a él en busca de inspiración.

Usa tu fantasía: déjate llevar, sueña un poco, fantasea y busca en tu cabeza la historia que te gustaría vivir, la aventura que te gustaría protagonizar. A partir de ella, intenta desarrollar tu idea.

Crea un personaje: puedes sacarlo de un disparador creativo, inventártelo a partir de una imagen, observar a alguien que camina por la calle… Lo que sea, pero toma un personaje, desarróllalo un poco y plantéate qué podría llevar a ese personaje hasta sus límites, qué podría plantear un conflicto en su vida. Desarrolla la idea a partir de la respuesta.

También puedes echarle un vistazo a algunas de las entradas sobre personajes del blog, como el decálogo para crear personajes protagonistas, las entradas sobre fichas de personaje o las claves para dar a conocer a nuestros personajes.

Investiga

Una vez hayas encontrado tu tema y tu idea, tengas claro el propósito, el género y la audiencia, llega el momento de investigar y documentarse un poco. No siempre es necesario documentarse pero, en general, sí es recomendable al menos leer textos similares o relacionados con lo que vamos a escribir.

Planifica

Finalmente, ya resueltas todas las cuestiones anteriores y a punto de lanzarnos a la escritura del primer borrador, llega el momento de planificar lo que escribiremos a continuación.

Cada escritor es un mundo y ha de organizarse como mejor le resulte. Hay quien necesita una planificación exhaustiva de todo lo que escribirá después, y hay a quien le basta con un breve esquema. Lo que sí recomendaría a todos es que, por lo menos, planifiquen las siguientes cuestiones:

Estructura: aunque sea a modo de esquema, conviene planificar de antemano la estructura del texto (generalmente, dividida en introducción, desarrollo y desenlace o cierre) y lo que se desarrollará en cada una de sus partes.

Sinopsis: intenta resumir en unas cuantas frases la historia o el texto que vas a desarrollar. Esta síntesis te ayudará a tener las cosas más claras. Sobre todo, intenta que en ese resumen se responda, siempre que sea posible, a esas famosas cinco preguntas del periodismo “qué, quién, cómo, cuándo y dónde”.

[NOTA]: Puedes leer más sobre este tema en la entrada Tutorial de escritura: cortos y cuentos (4): la sinopsis.

Y hasta aquí la fase de preescritura. En la siguiente entrada sobre el tema hablaremos del desarrollo del primer borrador del texto. Mientras, ¿qué os ha parecido? ¿Es así como enfocáis la etapa previa a la escritura?

Enlaces relacionados:

Tutorial completo | Claves para mejorar el proceso de escritura



(2ª parte): Borrador

Claves para organizar mejor el proceso de escritura

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Hace unos días, en la primera parte de esta serie de posts, os hablaba de la preescritura, hoy quiero hablaros de la segunda, que corresponde a la escritura del primer borrador.

Tal vez a causa de mi formación audiovisual, me gusta imaginarme todo el proceso de la escritura como el rodaje de una película. Para ello, pensemos en nosotros mismos, los escritores, como una productora de cine. La preescritura, por tanto, correspondería a lo que en cine podría ser la escritura del guión.

Durante la preescritura se monta la trama, se construye el esqueleto de la historia, se preparan las bases con las que se trabajarán en las siguientes fases. Si hacemos bien esa parte del trabajo, cuando lleguemos al rodaje (la escritura del primer borrador), podremos concentrarnos en lo que es importante entonces: la interpretación de los actores, los decorados, la iluminación, la posición de la cámara, el tono, etc.

Así que, asumamos que, en efecto, hemos hecho un buen trabajo en la primera fase del proceso de escritura y tenemos una completa planificación de nuestra historia. ¿Cómo nos enfrentamos a la escritura del primer borrador?

Fase 2. El primer borrador

Luces, cámara… ¡Acción!

Durante este proceso de escritura, debes olvidarte del número de palabras que tienes que escribir. No te obsesiones con la gramática, el vocabulario o la puntuación, de la misma forma que durante el rodaje de una película se rueda mucho más material del que luego se utilizará.

Me gusta la palabra “acción” para describir esta fase del proceso. Los recortes y los efectos especiales déjalos para el montaje o las revisiones posteriores. Ahora, limitate a escribir. Escribe y escribe como si no hubiera un mañana.

Planifica tus jornadas

Que escribas y escribas no quiere decir que tengas que terminar tu borrador de una sentada, especialmente si se trata de un texto largo como una novela, sino que escribas hasta el final sin pararte a corregir, sin retocar nada.

Tampoco tienes porque escribirlo de forma lineal. Ya que has hecho bien tus deberes y tienes una buena planificación de tu historia, puedes escribir cada día la escena que más te apetezca o te convenga según tus circunstancias, como en el rodaje de una peli.

Calienta motores

Una buena forma de comenzar tu sesión de escritura cada día, es releer lo último que escribiste el día anterior, o bien la escena previa a lo que pretendes escribir a continuación. Pero releer no es reescribir. Hazlo para entrar en materia, para coger el hilo de la historia. Si te pones a corregir el texto a estas alturas, es posible que entres en un bucle.

Un truquillo que suelen emplear algunos escritores es el de no terminar una escena o un capítulo, para que sea más sencillo retomarlo en la siguiente sesión de escritura. Además de que será más fácil coger el ritmo de la historia de nuevo, también tendrás más ganas de ponerte a escribir porque te habrás quedado a medias.

Silencio, se rueda

Normalmente tardamos unos treinta minutos en alcanzar la concentración total en la historia que estamos escribiendo, y eso sólo si nos dejan. Por eso, para la escritura del borrador, olvídate de distracciones. Fuera teléfonos, fuera internet, fuera interrupciones. Si puedes, cuelga del pomo de tu puerta un cartelito de “no molestar” como éste.

Y, por supuesto, si tardamos treinta minutos en poder concentrarnos del todo, intenta dedicar al menos una hora completa a cada sesión de escritura para que resulte productiva.

La importancia del formato

Otro aspecto a considerar durante la escritura del primer borrador es dónde lo vamos a escribir. Habrá quien se sienta más cómodo trabajando con una libreta o quien prefiera escribir directamente en el procesador de textos del ordenador. Escoged vuestro sistema, pero intentando que afecte a vuestra creatividad lo menos posible.

Por ejemplo, yo antes solía escribir mis borradores en el ordenador, pero me llevaba demasiado tiempo. Tenía la costumbre de revisar cada párrafo, volviendo hacia atrás y borrando lo escrito, con lo que a veces perdía cosas que podrían estar bien si las dejase reposar hasta la reescritura del borrador. Todo esto mejoró cuando me decidí a escribir el primer borrador en papel, en un cuaderno sin pauta (porque me siento más libre) y con bolígrafo (nada de lápiz que también se puede borrar). Además, al pasarlo a limpio en el ordenador ya hago la primera revisión del texto.

Ése es el sistema que he encontrado y que mejor me funciona por ahora. ¿Y vosotros? ¿Tenéis ya claro cuál es el sistema con el que mejor trabajáis?

Enlaces relacionados:

Tutorial completo | Claves para mejorar el proceso de escritura




(3ª parte): Revisión

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Hoy quiero hablaros de la tercera y más tediosa parte del proceso de escritura. Una vez terminado el primer borrador y, con suerte, habiendo tenido un tiempo intermedio para dejar reposar el texto, llega la hora de la revisión.

revisión del texto literario

Fase 3. La revisión del texto

Lo sé, esta fase un rollo y ojalá no tuviésemos que pasar por ella. Ojalá fuésemos capaces de escribir un primer borrador válido y perfecto, pero no es así. Casi nadie puede. Hasta los más grandes escritores han de pasar por la fase de la revisión, a veces con muchas versiones hasta lograr el texto definitivo.

Así que, una vez aceptado que no vamos a librarnos de esta fase, ¿cómo podemos enfrentarnos a ella de la mejor forma posible?

El tiempo pone las cosas en su sitio

Siempre que sea posible, intenta que pase un tiempo entre la escritura del primer borrador y la revisión. Ya sabes, eso que dicen de meterlo en un cajón y dejarlo reposar.

Pueden ser tres meses o seis, puede ser un año. Cada quien tiene su propio tiempo. Lo importante es poner distancia de por medio para ver el texto con perspectiva. Mientras, haz otras cosas: lee, escribe otra historia, viaja… Lo que quieras, pero sepárate emocionalmente de tu borrador.

Revisa las notas y corrige

Es posible que, mientras escribías tu primer borrador, decidieses incorporar o modificar un detalle, una trama, un personaje… Cualquier cosa que no estaba en la planificación inicial. Revisa estos cambios y asegúrate de que los tienes en cuenta a lo largo de toda la historia, para que no haya incoherencias.

Haz una lectura general

Lee el texto de principio a fin, toma notas mientras lo haces, asegúrate de que no hay agujeros en la trama, de que todos los personajes están donde tienen que estar, la progresión dramática o la dosificacion de la información son las adecuadas… Ese tipo de cosas. Cuando acabes, coge las notas que has tomado y arréglalo.

Las tres “erres”

Recorta, reduce, reorganiza. En la revisión tendrás que meter tijeretazos sin piedad, por eso precisamente te vendrá bien la distancia con el texto. Cuando le tenemos cariño a un personaje o a una escena en concreto, nos costará mucho eliminarla. Pero recuerda que lo importante aquí no es ese personaje o esa escena, sino el conjunto de la historia. Si sobra, si no aporta nada, si no funciona, quítalo.

También es posible que tengas que mover alguna escena o capítulo, que tengas que modificar algún párrafo o añadir algún otro (aunque normalmente hay que quitar más que poner). De nuevo, piensa en el cuadro completo, no en los detalles.

Lee en voz alta

Las lecturas en voz alta nos ayudan a sentir la sonoridad del texto, su fluidez, su ritmo. Así podrás eliminar cualquier repetición, ajustar las frases, hacer más creíbles los diálogos. Piensa en el primer borrador como un diamante en bruto que, a base de lecturas y revisiones, irás puliendo.

Haz una encuesta

A veces, por mucho tiempo que haya pasado, no podemos estar seguros de estar revisando el texto correctamente. ¿Cómo saber si algo se entiende, si la historia cuaja, si ese personaje caerá bien? Si tienes todas esas dudas, una forma de resolverlas es buscando beta-lectores.

Los beta-lectores los encontrarás tanto en grupos de escritura como en grupos de amigos. Selecciónalos bien, intenta que sea gente capaz de decirte la verdad y cuya crítica pueda ser constructiva para tu trabajo. La mejor forma de conseguirlo es preparando un test, una especie de encuesta con las dudas que necesites resolver.

Eso sí, no hagas preguntas del tipo: “¿Se entiende que el personaje llevaba muerto todo el libro?”. Intenta que no puedan responderte con un simple “sí” o “no”. Es mejor que ellos te cuenten lo que han entendido, no hagas mención a lo que se supone que deben entender. Seguramente te sorprendan sus respuestas y te den las claves que necesitas para perfeccionar la historia.

Aprende a terminar

Supongo que os suena la frase de que “las obras nunca se terminan, sino que se abandonan”. Siempre habrá algo más que revisar, siempre se puede mejorar un poco. A veces hay que rendirse, saber parar a tiempo, tomar la decisión de que con seis, siete o diez versiones tenemos suficiente. No es cuestión de que nos pasemos el resto de nuestra vida revisando el mismo texto.

Y hasta aquí la tercera fase. ¿Qué os parece? ¿Hacéis otras cosas para revisar? ¿Cuánto tiempo le dedicáis? ¿Cuántas versiones llegáis a hacer del mismo texto?

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(4ª parte): edición

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Asumamos que ya hemos realizado una perfecta planificación de nuestro texto, que hemos escrito el borrador de un tirón, después lo hemos revisado una y otra vez hasta que hemos obtenido un resultado satisfactorio. Y ahora, ¿qué? ¿Ya estaría? Pues no, todavía falta algo bastante importante: la edición.

La edición del texto corresponde a la revisión final donde se corrigen aspectos formales como palabras mal escritas, ortografía, puntuación, formato, concordancias, el uso de las comillas y los guiones, etc.

En esta fase, el procesador de textos puede ser el mejor de los aliados (sobre todo con la herramienta de corrección ortográfica y la de buscar y reemplazar). De todas formas, a mí me gusta hacer una última revisión sobre el papel, porque me parece que los fallos son más visibles de esta forma.

Además, siempre que es posible y tengo de mano a alguien de confianza, le pido que le pegue un último vistazo al texto porque, a esas alturas, yo lo he leído tantas veces que me resulta complicado abstraerme y ver la forma como a alguien ajeno. Vamos, que cuatro ojos ven mejor que dos. ^^

Pero, al margen de cómo decidáis hacer la edición del texto, sí existen una serie de puntos que conviene tener en cuenta en esta fase:

El formato

Ésta es fácil. Correspondería a la pestaña “formato” del procesador de textos y viene siendo la configuración de los márgenes, el tipo de letra, la separación entre las líneas, la forma en la que titulamos los capítulos… Todo lo que se refiere a la forma y configuración del texto en el documento debería estar unificado bajo el mismo criterio.

Ortografía y concordancia

Otro aspecto importante es el de la ortografía. Debemos revisar cualquier falta, las palabras mal escritas, repeticiones constantes de palabras, los tiempos verbales y su concordancia con los adverbios, etc. El corrector ortográfico del procesador puede servir de ayuda, pero no te fíes al 100% de él porque no lo detecta todo.

Puntuación

No sólo conviene revisar la puntuación general del texto (que no haya comas de más o de menos, por ejemplo), sino también los espacios antes y después de los signos de puntuación. Por ejemplo, tras un [.], una [,] ha de ir un espacio, pero no antes. Después de los signos de interrogación o exclamación no se pone punto. Esas cosas. También tendremos que echar un vistazo para asegurarnos de que no hay ningún espacio doble entre palabras.

Esta revisión es fácil de realizar en un procesador de textos con la herramienta buscar y reemplazar. Por ejemplo: buscar todos los [?.] y convertirlos en [?]. Así de sencillo. :)

Comillas y cursivas

Si se usan comillas o cursivas, también habrá que hacerlo con un determinado criterio durante todo el texto. Por ejemplo, si cuando se escribe el título de un libro, se hace en cursiva, tendremos que escribirlo igual siempre.

Con las comillas pasa lo mismo. No importa si elegimos las comillas francesas [«»], las anglosajonas clásicas [“”] o las de apertura y cierre [“„]. Lo importante es emplear siempre las mismas y con el mismo criterio.

Por cierto, también hay que determinar si el punto que cierra las comillas va antes o después de las mismas. Es decir: [“Voy a casa de María.”] o [“Voy a casa de María”.]

Diálogos

Hay una entrada en el blog que habla precisamente sobre la forma de los diálogos: Dando forma a los diálogos. Una vez seleccionemos la forma en la que los escribiremos, tendrá que ser la misma para todo el texto. Por cierto, recordad que para abrir y cerrar los diálogos clásicos hay que usar la raya larga [—], no el guión corto [–].

Además, cuando hay un texto de acotación en un diálogo (tipo “dijo María”), hay una norma a tener en cuenta respecto a las mayúsculas y minúsculas:

Cuando el comentario del narrador lo introduce un verbo de habla (decir, añadir, comentar, preguntar…), va en minúscula y no se pone signo de puntuación antes de la raya: [—Hola —dijo María.] o [—¿Vas a venir? —le preguntó.]

Cuando no es así, va en mayúscula y el punto se pone también antes de la raya: [—No hace falta que me acompañes. —Se levantó y salió de la casa molesto.]

De todas formas, podéis verlo un poco más claro en la entrada que hay en la RAE sobre el tema.

Junto o separado

Ciertas expresiones pueden emplearse juntas o separadas, como “en seguida / enseguida”, “de prisa / deprisa” o “entre tanto / entretanto”. Lo ideal es elegir una de las opciones y usar siempre la misma. De nuevo, la herramienta “buscar y sustituir” del procesador de textos será nuestra mejor baza para corregirlo.

Y hasta aquí las correcciones más importantes para esta fase de edición. En la siguiente entrada (la última de esta serie) os hablaré un poco sobre la última parte del proceso de escritura: la publicación. Hasta entonces, ¿qué os ha parecido esta entrada? ¿Algún aspecto más que soláis tener en cuenta vosotros?

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(5ª parte): la publicación

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Tal y como os comentaba en las entradas anteriores sobre el proceso de escritura, nos faltaba una última fase: la de la publicación. Pero antes tengo que comentaros otra cosa porque viene un poco al caso y porque me muero de ganas de compartirlo con vosotros. ¿De qué se trata? Os daré una pista:

Niña de Cristal, la novela, ya disponible en papel

¡Síííí! Eso es: mi novela Niña de Cristal ya está en papel. Las pruebas de imprenta llegaron hace unos días y me encantan. ¡No me canso de hojearlas! ¿Qué os parecen?

Así que ya sabéis: podéis comprarla tanto en Lulu como en en Amazon.es o Amazon.com, y compartirla, recomendarla, regalarla, hablarle de ella a vuestro librero… jajaja :P

Bueno, y ahora en serio, vamos ya con la entrada sobre la fase de publicación:

Asumiendo que ya tenemos la versión definitiva de nuestro trabajo, revisado y corregido, ha llegado el momento de sacarlo a la luz. Hoy en día las cosas se han puesto más fáciles para aquellos escritores que quieran dar el salto a la autopublicación y no sólo resulta más sencillo gracias a muchas herramientas y programas, sino también muchísimo más asequible que hace unos años. Pero hay ciertos aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de publicar el libro:

El ISBN

Es ese número que suele aparecer en la parte posterior de los libros y que funciona como su identificador único en el mercado. Si quieres comercializar tu libro, vas a necesitar un ISBN. La buena noticia es que en muchas plataformas de autopublicación ofrecen estos números de serie de forma gratuita.

ejemplo de isbn en código de barras

Eso sí, al elegir la opción gratuita, la plataforma en cuestión aparecerá como editora de tu libro. De hecho, creo que Bubok incluso incluye su propio logo en la contraportada. Si prefieres hacerte con un ISBN propio, puedes conseguirlo por 45 euros a través de la agencia naciona del ISBN: Agencia Española del ISBN.

Cómo maquetar libros en papel

Lo ideal a la hora de diseñar un libro es utilizar programas de maquetación profesionales (como Adobe InDesign), pero entiendo que ni resulta un programa fácil de utilizar, ni está al alcance de todos los bolsillos.

Lo bueno es que en las nuevas plataformas de autopublicación, como Bubok, Lulu o Createspace, nos ofrecen una serie de plantillas en formato de Word y las instrucciones para utilizarlas, de forma que no hace falta más que el OpenOffice, exportar el libro en pdf y enviárselo para publicar.

Software para maquetar ebooks

Con la maquetación de los libros electrónicos ocurre lo mismo: siempre que se pueda, es recomendable el uso de programas profesionales que requieren ciertos conocimientos de programación en HTML. Si los tienes, el Sigil es un estupendo editor de ePubs gratuito.

Pero, como siempre, hay buenas noticias para los que no quieran (o no puedan) complicarse la vida con el manejo de estos programas. En algunas de las plataformas que mencionaba antes, cuentan con programas para la creación automática del libro electrónico, aunque yo no los he probado y tampoco los recomiendo, porque creo que el margen de maniobra que dejan es muy poco.

Me parece más interesante, si quieres algo sencillo para crear un epub, recurrir a plataformas como Byenink, de manejo muy sencillo y en las que se pueden crear proyectos privados de libros e ir dándoles forma poco a poco, para exportarlos en epub o mobi cuando estén terminados.

A continuación, os muestro un ejemplo de una captura de pantalla de la interficie interfaz de Byeink. Como veis, es chula y tan fácil de manejar como el editor de contenidos de un blog. Además, permite añadir imágenes, sonidos o vídeos a los libros electrónicos:

Captura de pantalla de Byeink

¿Lo malo de byeink? Que en el libro que exportes colocará su logo en la primera página, para que quede bien claro que lo has hecho con su software:

Diseño de la portada

A la hora de diseñar la portada de tu libro, normalmente te recomendarán que recurras a un profesional. Es posible que puedas contratar los servicios de un portadista por unos 200 o 300 euros. Eso ya depende de ti y de tus posibilidades.

Ahora bien, en caso de que decidas hacerlo por tu cuenta, puedes recurrir a bancos de imágenes como Freepick o Shutterstock. Eso sí, léete bien los derechos y requisitos de una imagen antes de utilizarla. Es posible que en algunas tengas que pedir permiso al autor o mencionarlo en los créditos del libro.

Fuentes para libros

En muchas plataformas de autoedición, junto a las plantillas, encontrarás la guía técnica que te orientará un poco a la hora de elegir el tamaño de fuente para tu libro impreso, pero lo normal es que ronde los 11 puntos de tamaño.

En cuanto a las tipografías, algunas de las que se pueden usar y que dan buen resultado en impresión son las siguientes: Garamond, Baskerville, Gentium, Palatino, Minion Pro, Georgia, Franklin Gothic, Myriad o Helvetica Neue.

Hay muchas páginas con catálogos de fuentes para descargar. Os recomiendo un par: DafontFontsquirrel

Bueno, y hasta aquí la publicación. Pero, como el tema da para mucho y me gustaría profundizar un poco más, en los próximos días iré preparando una serie de entradas paracomparar y mostraros paso a paso cómo funcionan las tres principales plataformas de autopublicación: Createspace (que es una especie de filial de Amazon), Bubok y Lulu.

¿Qué os parece? ¿Conocéis algún otro sitio para la creación de ebooks? ¿Y para la autopublicación en papel?

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