ACTIVIDADES PARA FOMENTAR EL PLACER POR LA LECTURA EN EL AULA
Desde que los niños y niñas empiezan a leer en la escuela, esta actividad se convierte en una obligación y por ello durante las etapas de escolarización obligatoria se observan altos índices de lectura. Asimismo, cuando los niños son pequeños, los adultos dedican cierto tiempo a leer libros con ellos y a acompañarlos en el proceso de lectura. Sin embargo, a medida que los estudiantes crecen y finalizan sus estudios, la lectura deja de ser obligatoria para ellos y se priorizan otras actividades que llaman más la atención, y que consideran más divertidas e interesantes.
De este modo, con estos datos podemos deducir que los alumnos y alumnas dan a la lectura un valor instrumental necesario para la vida pero sin relacionarlo con el ocio. Desde las escuelas se debe promover la creación de un buen hábito lector que no se identifique con un acto obligatorio sino de placer.
En pleno siglo XXI, disponemos de muchos recursos para desarrollar el gusto por la lectura y debemos aprovecharlos y explotarlos al máximo. También, la creatividad del docente y su pasión por la lectura serán una gran herramienta para cumplir con nuestra finalidad.
Para empezar a calentar motores, te propongo algunas actividades que puedes llevar a cabo en tu aula para fomentar el placer por la lectura y que tu alumnado pueda considerarla una actividad divertida, dinámica y apasionante:
- Cada oveja con su pareja: Una divertida actividad donde los alumnos y alumnas deberán descubrir qué portada pertenece a cada sinopsis. Es una manera de promover la curiosidad de las diferentes novelas que pueden ser leídas. Si quieres incrementar la dificultad puedes presentar las portadas de los libros y que sean los propios alumnos, en pequeños grupos, que predigan la sinopsis de cada uno de ellos.
- Booktrailer: Las nuevas tecnologías nos proporcionan grandes herramientas para fomentar la lectura. Esta actividad consiste en resumir, en poco más de un minuto, mediante imágenes y audios, el libro que han leído. Posteriormente pueden visualizarse en clase para recomendar la lectura de esos libros a sus compañeros y compañeras.
- ¿Cómo acaba tu obra?: Una actividad genial con la que tus alumnos pondrán su creatividad e imaginación en práctica. Una vez leída su historia, será interesante proponer un final distinto. ¡Quizá ese final sea más interesante e increíble que el de la propia novela!
- Construye tu banda sonora: Cada película tiene una banda sonora…¿Por qué no propones que monten una banda sonora para su libro escogido? ¡Cada momento de la novela, seguro que puede asociarse con una canción!
- ¿Qué te sus-cita?: Esta actividad consiste en apuntar o señalar las citas que al leer nos han llamado la atención, nos han producido alguna emoción o queremos compartir con alguien. Posteriormente con las citas que se han recogido de todos los libros se pueden hacer role-playings en pequeños grupos para representar la escena en cuestión. ¡Seguro que surgen ideas geniales!
- Crea tu guía de viaje: En las novelas se describen historias que ocurren en espacios maravillosos, en países muy conocidos y otros no tanto, algunas historias sólo ocurren en una habitación y otros recorren una gran cantidad de ciudades…¡Aprovecha las lecturas y apunta todos aquellos sitios que aparecen, investiga sobre los lugares que más te interesan y crea tu propia guía de viaje para cuando quieras visitarlo en persona!
- Booktubers en acción: Los Booktubers son una revelación en el mundo de la animación lectora. ¡Y es que cuando una recomendación viene de un igual, es una doble recomendación! Por lo tanto, haz que tus alumnos se conviertan en Booktubers por un día. Pueden grabarse realizando desde una reseña de un libro, hasta la recomendación de su mejores lecturas, pasando por un Book tag.
- Clubs de lectura: Esta propuesta suele llevarse a cabo fuera del horario escolar para compartir opiniones, sentimientos y experiencias en relación a un libro concreto. Muchas bibliotecas municipales, librerías, centros cívicos, etc. promueven este tipo de actividades para fomentar el placer por la lectura. ¿Por qué no utilizar los clubs de lectura, también, desde la escuela?
- Nubes de palabras: Esta técnica permite realizar diferentes actividades, que implican un alto nivel de participación por parte del alumnado, con sencillas aplicaciones. Puedes aprovechar para aprender nuevo vocabulario animando a tus estudiantes a poner palabras que les han resultado nuevas o difíciles de entender. Otra opción, consistiría en reunir palabras clave que definan la novela que han leído o para expresar aquello que han sentido (aburrimiento, alegría, miedo, intriga, amor…).
- Lectura en voz alta: Leer colectivamente ayuda a mejorar la entonación, a respetar los signos de puntuación, la fluidez lectora… Además si después de leer se comenta entre toda la clase lo que se ha entendido de la obra, ayuda a mejorar la comprensión lectora. Es imprescindible que todos los alumnos tengan voz y que se les conciencie de que no hay una opinión mala, todas son válidas si se argumentan correctamente.
Como puedes ver, con estas actividades a la vez que fomentamos el placer por la lectura, también desarrollamos competencias imprescindibles para la vida como la competencia digital, la creatividad, incluso la educación emocional, y trabajamos disciplinas más académicas como la lengua, la geografía o la música.
DIEZ CONSEJOS PARA CREAR UN BUEN HABITO DE LECTURA
Leer un libro obligatorio para toda la clase para posteriormente evaluarlo mediante un examen es una estrategia que no ha tenido mucho éxito en el ámbito educativo. Entonces, ¿por qué lo seguimos haciendo? ¿Queremos conseguir que adquieran un hábito de lectura, que les guste leer o por el contrario que lo conciban como un acto obligatorio y tedioso? ¿Es necesario que un niño o niña lea un libro que no le gusta? ¿Cómo podemos hacer una buena animación lectora? Aquí encontrarás algunos consejos para fomentar la lectura en el aula:
10 consejos para crear un buen hábito de lectura
- El ejemplo es la forma más sublime de contagiar el placer por la lectura: Si tus alumnos y alumnas observan tu pasión por la lectura, si les hablas de libros, si llevas libros en tu maleta de trabajo, si les recomiendas novelas, etc. ellos, de manera no intencionada, irán adquiriendo ese interés por la lectura. El mismo consejo es aplicable a las familias.
- Promueve un ambiente y un tiempo para la lectura: Los alumnos de hoy en día disponen de muy poco tiempo libre. Si quieres que adquieran un buen hábito de lectura debes proporcionar un tiempo concreto para esta actividad. Asimismo, es imprescindible que el ambiente sea relajado y sin presión.
- Construye un espacio propicio para la lectura: Un espacio que invite a leer también influye en la creación de un ambiente relajado. ¡Para leer no es necesario estar sentado en una silla! ¡Pon imaginación y creatividad y construye un espacio que atraiga a tus estudiantes! ¿Una biblioteca con sofás? ¿Un espacio abierto con zonas para realizar diferentes actividades culturales?
- Conoce a tus alumnos y respeta su ritmo de aprendizaje: Cada persona tiene sus propios gustos literarios, sus intereses, sus opiniones y sus características. Por ello, debes conocer a tu alumnado para poder recomendar y ayudarles a escoger las novelas apropiadas. Asimismo, respetar el ritmo de aprendizaje de cada alumno o alumna implica tener en cuenta factores diversos como que no todos leen de la misma manera, que no deben leer la misma cantidad de libros, ni de la misma complejidad…
- No penalizes si un alumno abandona un libro: Si un alumno empieza con una novela y decide que no es su estilo, ¡no importa, que lo abandone! Puede escoger una historia diferente y darle otra oportunidad. Debes animar, motivar e incitar a cada alumno a encontrar aquel género que le guste y con el que se sienta cómodo.
- Deja elegir libremente la novela que quieran leer: Cuando el objetivo es promocionar la lectura y crear un hábito lector, debes dejar que lean cualquier tipo de novela, siempre garantizando una cierta calidad literaria y recomendada a la edad del alumno o alumna en cuestión. ¡Ni todos debemos leer lo mismo, ni todos tenemos los mismos gustos!
- Crea un listado con diferentes novelas: Teniendo en cuenta la edad de tus alumnos y alumnas, busca y recomienda novelas, cómics, poemarios, etc. infantiles o juveniles que traten temas interesantes para ellos y ellas. Las temáticas que más atraen a los niños y jóvenes son aquellos con los que pueden empatizar, es decir, cercanos a su propia realidad. ¡Para ello, tú también deberás adentrarte en ese fantástico mundo y leer dichas novelas!
- No tengas prisa, poco a poco y con buena letra: Este consejo va muy relacionado con los dos puntos anteriores, y es que una vez adquieran un cierto nivel lector y tengan el hábito de leer, puedes ir incentivando e introduciendo la lectura de clásicos, de novelas más complejas que tengan grandes reflexiones y un léxico y una gramática más elaborada.
- Promueve la curiosidad y tendrás una clase llena de lectores: Muchos referentes educativos son los que mencionan que la curiosidad es la clave para el aprendizaje. ¡En efecto, está comprobado! Lectura + curiosidad = Lector empedernido. Así pues, recomienda los libros de forma que tus estudiantes deseen saber como continua la historia.
- No hagas evidente que estás evaluando su comprensión lectora: ¿Cómo puedes hacerlo? ¡Con actividades lúdicas, que interesen a tu alumnado, que los motive a leer la novela y a compartir sus opiniones! Las rúbricas, portafolios, dianas de evaluación, etc. también son buenas herramientas para evaluar, coevaluar y autoevaluar de una forma continua y cualitativa.
Estos son algunos consejos que pueden ayudar a tus alumnos y alumnas a adquirir un buen hábito de lectura, a la vez que van cogiendo el gusto por leer. ¡Solo se trata de guiarlos y transmitir la pasión por los libros! Después, poco a poco, ya se irán abriendo a otros géneros literarios y a lecturas más profundas.
PLACER DE LA LECTURA EN LOS JÓVENES
“TRANSMITIR EL PLACER DE LEER Y DE PENSAR”

Cómo fomentar en casa la pasión por la lectura desde que nuestros hijos son pequeños. Esa es la fórmula para enriquecer su creatividad y hacer que anide en ellos la sed por seguir leyendo.
Leemos porque nos es imposible conocer a toda la gente a la que desearíamos poder escuchar. El deseo de leer consiste en preferir. Amar, a fin de cuentas, es regalar nuestras preferencias a quienes preferimos y estos sutiles repartos pueblan nuestra libertad.
He dicho que la lectura es un placer profundo y solitario, pero también nos permite conocer “al otro” y conocernos a nosotros mismos. Al fin y al cabo, como dejó escrito Emerson, los libros “nos llevan a la convicción de que la naturaleza que los escribió es la misma que aquélla que los lee”. En el libro vamos a sentirnos próximos a nosotros mismos.
Cómo podremos transmitir a los más jóvenes este placer por leer y pensar, cómo podríamos llegar a conseguir, y hacerlo extensivo a los que no llegan todavía a ser amantes de la lectura, lo que en su día escribió Franz Kafka, hace ya más de un siglo: “Jamás le haremos entender a un muchacho, que por la noche está metido en una historia cautivadora, que debe interrumpir su lectura y acostarse”.
El poeta francés Georges Perros era profesor de literatura en Rennes y leía a sus alumnos. Una de ellos, una muchacha, recordaba aquellas lecturas con añoranza: “Él llegaba al instituto los martes por la mañana, desgreñado por el viento y por el frío, en su moto azul y oxidada. Encorvado, con un chaquetón de marinero, la pipa en la mano. Vaciaba una bolsa de libros sobre la mesa, se ponía a leer y era la vida.
LEEMOS PORQUE NOS ES IMPOSIBLE CONOCER A TODA LA GENTE A LA QUE DESEARÍAMOS PODER ESCUCHAR. EL DESEO DE LEER CONSISTE EN PREFERIR. AMAR, A FIN DE CUENTAS, ES REGALAR NUESTRAS PREFERENCIAS A QUIENES PREFERIMOS Y ESTOS SUTILES REPARTOS PUEBLAN NUESTRA LIBERTAD.
No había más luminosa explicación del texto que el sonido de su voz. Nos hablaba de todo, nos leía todo. Todo estaba allí pletórico de vida. Perros resucitaba a los autores, que acudían a nuestra clase completamente vivos, como si salieran de Chez Michou, el café de enfrente”.
No hay nada milagroso en esta narración, el mérito del profesor es prácticamente nulo en esta historia. El placer de leer estaba allí y él se lo descubrió a sus alumnos.
Por todo esto consideramos que es distinto disfrutar con un buen libro que verdaderamente nos forma que la mera información que, en ocasiones, puede proporcionarnos los medios de comunicación.
Cómo fomentar hoy la lectura en nuestros hijos
En las últimas décadas se ha transformado sustancialmente el consumo cultural de occidente. Aunque parece ser que los jóvenes leen más que antes (Boudelot, 1999), la lectura se ha convertido en un acto cultural que debe coexistir perfectamente con otras ofertas culturales como los entornos informáticos, la imagen o la música.
Además, se ha producido un cambio en lo que respecta a la excelencia escolar que parece ser la causa de la disociación entre la práctica de la lectura y el éxito escolar. Así, entre la Educación Primaria y Secundaria se produce un receso en el índice de lectura, a la vez que se observa un cambio de orientación hacia lecturas más específicas y relacionadas con el rendimiento académico.
Paralelamente se puede observar que mientras la relación con el libro se distancia, conquistan terreno otras experiencias, como la que ofrece la televisión, que se dispara hasta cerca de las cuatro horas de media diaria; esto representa una jornada completa de 24 horas a la semana dedicada a ver la programación televisiva, o lo que es lo mismo, un mes completo al año dedicado a esta actividad.
Por otra parte, según el Estudio General de Medios (EGM) de 2007, el consumo de libros impresos se ve amenazado por el consumo de productos multimedia y por el rápido incremento de accesos a Internet, que se calcula en un 46% con respecto al año anterior, con un tiempo medio de conexión que oscila entre media hora y dos horas.
Además, el lugar de consumo preferente de los medios tradicionales, incluidas las proyecciones cinematográficas, es el hogar, que se ha constituido en el territorio mediático por excelencia, y punto prioritario de conexión a la red, desde donde accede el 75% de navegantes españoles, frente al 45% que lo hace desde su lugar de trabajo y el 25% que se conecta desde el centro donde cursa sus estudios.
Parece evidente que la lectura tiene que fomentarse a nivel personal buscando su espacio y con nuestros hijos desde la infancia, para que pueda coexistir perfectamente con las otras ofertas culturales de nuestro siglo.
El gusto por la lectura no se improvisa
Todos sabemos que los hijos son un fiel reflejo de los padres, ellos harán lo que nos ven hacer en casa y, de padres lectores, saldrán- generalmente- niños lectores.
Pero hay cuestiones fundamentales que no debemos dejar a la improvisación, las cuestiones importantes de la vida salen adelante con esfuerzo e intencionalidad y, la lectura de nuestros hijos, es una de ellas y desde su más tierna infancia.
El fomentar la lectura en nuestros hijos nos evitará muchos problemas académicos posteriores. Los malos estudiantes suelen tener en su origen problemas en el campo de la lectura, no han aprendido a leer bien lo que generará problemas de comprensión y llegará el momento en esto pasará factura. Miguel de Cervantes afirmaba:”El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
¿Pero cuándo iniciar el hábito lector en nuestros hijos? Es conocido que durante los seis primeros años de vida los niños construyen los cimientos para ser lectores competentes, por lo que los especialistas recomiendan que los bebés tengan contacto con los libros desde bien pronto.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha recordado que promocionar el hábito de la lectura desde edades tempranas influye no sólo en la capacidad lectora sino en el desarrollo integral del niño o niña.
Ya desde que nacen, el contacto con los libros promueve la denominada “lectura emergente”, en varias fases.
- Antes de los 2 años la lectura emergente significa la toma de contacto con el texto impreso, comenzando por diferenciar dibujos y objetos de las grafías, conocer que ambos se relacionan entre sí, y más adelante empezar a conocer la estructura de las historias narradas, que contienen principio, desarrollo y final.
- A nivel cognitivo-emocional, la lectura emergente significa acercarse a otras realidades y, aunque muy ligada a los sentidos (estadio sensorio-motor), es transmisora de emociones (a través de las voces, el tono…). La lectura emergente es también acercarse y familiarizarse con un nuevo objeto lúdico que es el libro, para el cual se puede dedicar un momento mágico del día.
- A partir de los 2 años, el niño deja de ser prelingüístico, por lo que esta lectura emergente se dirige ahora hacia el progreso del lenguaje y al enriquecimiento de su vocabulario. Con ello se va formando los cimientos para el posterior desarrollo de la lectura.
- Cuando el niño inicie el aprendizaje de los grafemas empezará, a su vez, la interpretación de que esos pequeños trazados son las letras. A partir de este momento se abre un camino de infinitas posibilidades para el desarrollo de la persona.
- Incluso la lectura pasará a convertirse en un acto individual, privado, en el que el niño o niña disfruten de los mundos mágicos de las lecturas y sigan desarrollándose como personas a partir de los libros y por ellos mismos.
En todo este proceso recordemos que es esencial el ejemplo, el leer delante de los pequeños y crear hábitos y momentos familiares en torno a un texto escrito, que pueden ser desde cuentos, a recetas de cocina, catálogos de juguetes, periódicos… Se trata, al fin y al cabo, de familiarizarlos con el papel escrito.
EN TODO ESTE PROCESO RECORDEMOS QUE ES ESENCIAL EL EJEMPLO, EL LEER DELANTE DE LOS PEQUEÑOS Y CREAR HÁBITOS Y MOMENTOS FAMILIARES EN TORNO A UN TEXTO ESCRITO, QUE PUEDEN SER DESDE CUENTOS, A RECETAS DE COCINA, CATÁLOGOS DE JUGUETES, PERIÓDICOS…
Y cuando los niños ya son un poco más mayores ¿qué podemos seguir haciendo? Te aportamos los famosos “10 consejos prácticos” que en artículos como estos resultan tan útiles o que, por lo menos, pueden darnos alguna idea para motivar a la lectura además de que nuestros hijos nos vean leer, disfrutando de la lectura de un buen libro, esa es la mejor imagen que, seguro, “creará escuela”. Como verá el lector no son 10… son “sólo” 24 consejos estructurados por cursos:
Para el primer año de Primaria:
- No esperes que su hijo pequeño se quede sentado y quieto con un libro: Los niños en edad de caminar necesitan MOVERSE, y no debe preocuparse si teatralizan los cuentos o sencillamente brincan, juguetean o se revuelcan mientras usted les lee. Si bien están en movimiento, están escuchando.
- Haga rimas, cante canciones y cometa errores!: Haga una pausa para que su hijo pequeño complete una frase o recite un estribillo. Cuando el niño conozca la rima o el patrón, cometa errores a propósito para que el niño lo descubra.
- Escoja libros entretenidos: Los libros con animales o máquinas invitan al movimiento y a hacer sonidos. Los libros troquelados o con distintas texturas para tocar mantienen las manos ocupadas. Los libros con ilustraciones detalladas o elementos recurrentes ocultos en los dibujos son excelentes para investigar y debatir.
- Haga de la lectura una actividad breve, sencilla y frecuente: Léale a su hijo con expresión y humor. Use diferentes voces al leer. ¡Hágalo más divertido!
- Proponga juegos que incluyan nombrar cosas, describir y comunicar: Arme un zoológico con todos los animales de peluche. Proponga una carrera con los autos de juguete. Deje que su hijo dirija el juego y haga muchas preguntas.
- Todos los días son una aventura para los niños pequeños: Escoja libros sobre sentimientos y experiencias cotidianas. Su hijo identificará con los personajes cuando se visten, comen, van de visita y juegan.
- Haga preguntas: Tómese tiempo para escuchar las respuestas de su hijo. Los niños pequeños tienen opiniones firmes e ideas interesantes acerca del mundo. Incentive a su hijo para que le cuente sus ideas. Así, lo ayudará a desarrollar destrezas lingüísticas y, al mismo tiempo, descubrirá qué motiva a su hijo.
- Juegue con sus preferencias: Lea sus cuentos preferidos una y otra vez. Busque libros sobre las cosas que más le gustan a su hijo: trenes, animales, la luna. Estos libros pueden ampliar la capacidad de atención de su hijo y fomentar el entusiasmo por la lectura.
- ¿No se divierte?: Pruebe con otro cuento o en otro momento del día. Leer con un niño muy pequeño se trata principalmente de construir experiencias positivas con los libros, no de terminar cada libro que empiezan a leer.
Para el segundo año de Primaria:
- Cuéntele historias de la familia: A los niños les encanta escuchar historias de sus familias. Cuéntele anécdotas divertidas que le hayan sucedido cuando usted era joven.
- Haga una caja especial para la escritura: Llene una caja de material para escribir y dibujar. Encuentre los momentos para que su hijo Escriba por ejemplo listas para el supermercado.
- Sea el admirador n. 1 de su hijo: Pídale a su hijo que lea en voz alta lo que ha escrito en el colegio. Sea un oyente entusiasta.
- Una vez más, pero con sentimiento: Cuando su hijo lea una palabra desconocida pídale que lea el enunciado nuevamente. Muchas veces los niños están tan ocupados tratando de entender las palabras que pierden el significado de lo que están leyendo.
- Hagan un libro juntos: Doble hojas de papel a la mitad sujetándolas con grapas para hacer un libro. Pídale que escriba enunciados en cada página y que haga sus propias ilustraciones.
- Invente cuentos en el camino: Tome turnos añadiéndole cosas a un cuento inventado por ustedes mientras van en el auto o el autobús. Trate de hacer que los cuentos sean divertidos.
- Señale la relación entre palabras: explíquele como las palabras que están relacionadas se escriben de manera similar y significan cosas parecidas. Por ejemplo, muéstrele cómo una palabra como conocimiento se relaciona con conocer.
- Rápido, rápido: Use las nuevas palabras que su hijo vaya aprendiendo en tarjetas o en ejercicios de ordenador. Muchas veces esto ayuda a que los niños automáticamente reconozcan y lean palabras, en especial aquellas que usan frecuentemente.
Para niños del tercer año de Primaria:
- Haga de los libros algo especial: Convierta a la lectura en algo especial. Lleve a sus hijos a la biblioteca, ayúdelos a que obtengan su propia credencial, lea con ellos y regáleles libros. Escoja un lugar favorito para poner los libros en su casa, o mejor aún, ponga libros por todos lados.
- Consiga que lea otro libro: Encuentre la manera de que sus hijos lean otro libro. Introdúzcalo en series o colecciones de libros que puedan “engancharlos”.
- Consulte un diccionario: Permita que sus hijos lo vean consultar el diccionario. Diga, “Hmm, no estoy muy seguro de lo que quiere decir esta palabra…creo que la buscaré en el diccionario.”
- Hable acerca de lo que ve y hace: Hable de actividades cotidianas para mejorar el conocimiento contextual de su hijo o hija, lo cual es crucial para comprender lo que se lee y se escucha. Por ejemplo, mantenga una conversación ávida mientras cocinan juntos, visitan algún lugar nuevo o ven un programa en la televisión.
- Las primeras veces son difíciles: Motive a sus hijos cuando escriban. Recuérdele que el escribir consiste de varios pasos. Nadie lo hace bien a la primera.
- Diferentes estilos para diferentes personas: Lea diferentes tipos de libros para exponer a su hijo a diferentes estilos de escritura. Algunos niños, en especial los varones, prefieren los libros que no son de ficción.
- Enseñe a su hijo “trucos mentales”: Muéstrele cómo resumir una historia en tan solo unos enunciados o cómo predecir lo que va a pasar. Ambas estrategias pueden ayudar al niño o niña a comprender y recordar lo que lee.
- Crear un ambiente propicio a la lectura en el hogar: No encender la televisión o mandarle hacer un recado mientras el niño está leyendo, para manifestarle así la importancia que la lectura tiene en su desarrollo.
El que lee abre ventanas a la vida
Después de estos pensamientos, después de ver los beneficios de la lectura, de aportar algunas ideas a los padres que quieren motivar desde la infancia a la lectura… es importante insistir en que crear ese hábito lector es como un contagio, el deseo de leer sólo se puede lograr por contacto, imitación o seducción. Se trata de buscar una manera de interesar al lector, despertar su curiosidad. El verbo leer no soporta el imperativo.
Muchas veces queremos dar a la lectura una finalidad, una función y olvidamos que la tiene por sí misma. A veces hay que leer por el mero hecho de leer. No hay que olvidar que la literatura debe tener un punto de inutilidad, como todas las cosas bellas. No siempre hay que buscarle una función a las cosas y la lectura es una de ellas. Esto, los niños o los jóvenes aún no lo perciben, pero lo harán. Hay que inculcarles primero el hábito, la costumbre y luego el placer de disfrutar de la lectura.
El que lee abre ventanas a la vida y entra en diálogo con personajes de la historia, reales o no, de todos los tiempos, gana en conocimientos y desarrolla inquietudes que la vida de la literatura le ofrece.
La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta por eso vale la pena transmitir y vivir el placer de leer y pensar, hoy más que nunca.
Sus claros beneficios
Tras señalar lo anterior queda claro que los frentes que hay que superar para desarrollar el placer de leer son muchos y no fáciles.
Algunas personas al hablar sobre la lectura suelen relacionarla únicamente a alguna actividad académica o meramente como un medio para mantenerse informados. Posiblemente sea porque desconocen las grandes ventajas que el hábito de la lectura trae consigo y que su práctica beneficia a quien la ejerce tanto en el campo cultural como en el social e intelectual.
Es evidente que la lectura mejora el uso del lenguaje y la escritura; desarrolla, como ninguna otra actividad, la imaginación y la creatividad, además de ser la fuente de cultura que aumenta la capacidad de memoria y de concentración; es un ejercicio de reflexión en sí misma.
Diferentes especialistas han concluido que el hombre amante de la lectura desarrollará su cerebro de tal forma que podrá llegar, fácilmente, sobre los 90 años completamente lúcidos, con una memoria y un perfecto trabajo mental e intelectual. Hay incontables casos de hombres y mujeres de edad avanzada que impresionan con sus pensamientos, atribuibles en gran medida, a que siempre fueron amantes de la lectura.
Quien quiere superarse personal y profesionalmente debe hacer de la lectura constante su mejor aliado. Proporciona a quien la practica un crecimiento personal inigualable.
El buen lector se convierte, en parte, en co-creador de la obra ya que como escribió J. Conrad: “El autor sólo escribe la mitad de un libro. De la otra mitad debe ocuparse el lector”.
Saber leer es importante pero tener el hábito lector es un privilegio fruto del esfuerzo constante. El buen lector no nace, se hace.
Artículo original publicado en el número 13 de la revista Signos por Helena Vales-Villamarín Navarro.
5 Consejos para enganchar a la lectura a tus hijos adolescentes

¿Estás preocupado porque tus hijos adolescentes no leen o no lo hacen habitualmente? No te agobies. Una de las grandes preocupaciones de la mayoría los padres es que no pueden enganchar a la lectura a los niños. Aunque cuando son pequeños suelen disfrutar con la literatura, al cumplir los 12 o 13 años muchos dejan de leer. Una de las mejores estrategias para lograr que se aficionen a este hábito es que disfruten leyendo desde pequeños o probar otros formatos como los audiolibros.
Los jóvenes lo sienten como una obligación. Por ejemplo para muchos estudiantes de Bachillerato “leer se asocia a los libros de lectura obligada en la materia de lengua, generalmente obras literarias y sobre las cuales deben realizar un trabajo, como señala Jesús Contreras en su análisis Leer en tiempos modernos: adolescentes y jóvenes profesionales frente a la lectura.
La clave para que un niño adquiera esta costumbre es que la elección del libro sea la adecuada y el formato sea entretenido para él. Debe fomentar interés, ilusión y, por supuesto, una buena trama siempre cautivará a los más exigentes.
5 Consejos para enganchar a la lectura
1. Elige el formato adecuado
Este hábito después de los años de educación se ha convertido en una obligación más que en un placer. Además en la actualidad debe competir con otras aficiones en el tiempo de ocio como las actividades extraescolares, el uso de tabletas o el de teléfonos móviles. Los audiolibros de Storytel permiten adquirir los beneficios de leer como un enriquecimiento del vocabulario o el desarrollo de la capacidad de concentración y comprensión.
La aplicación incluye cientos de títulos en castellano para lectores infantiles y juveniles.Si todavía tus hijos no lo han probado, este es el momento, pues la aplicación ofrece el servicio de prueba de suscripción gratuita durante 14 días. ¿A qué esperas?
Otra buena idea es acudir con ellos a la biblioteca o librería de vuestro barrio o localidad y dejarles que elijan aquellos que más les gusten.
2. Respeta su capacidad lectora
Los adolescentes deben encontrar narraciones que les interesen pero que además estén adaptadas a su edad. Un niño de doce años difícilmente podrá leer libros pautados para chicos de 14 o 16 años. Sigue las indicaciones de las editoriales o de los bibliotecarios a la hora de buscar narraciones. Si no les gusta o no lo entienden, seguro que lo dejarán y esta experiencia negativa le desanimará a la hora de comenzar a adentrarse en otras historias.
3. Busca libros adecuados
Para enganchar a la lectura a los jóvenes, las obras tienen que interesarles desde la portada. Deben sentirse atraídos por una historia que tenga alguna conexión con su vida. Si le gustan los deportes o las aventuras, busca algunos relacionados con estas temáticas. También puede ser una buena idea elegir otros que les ayuden a sobrellevar momentos decisivos de su vida como la pérdida de un ser querido o un enfado con su mejor amigo. No debemos imponerles algo que no les va a cautivar.
4. No prohibir lecturas
Los hijos siempre sienten una gran atracción sobre aquello que les vetan sus padres. Prohibirles su lectura no suele resultar una buena decisión porque intentarán hacerlo a escondidas. Lo mejor es dejarles leer diez páginas y que nos cuenten lo que han leído.
5. Una actividad familiar
A los niños les encanta desde pequeños que leamos con ellos. Ya sea antes de dormir o en otro rato tranquilo, disfrutarán de estos momentos mágicos. Cuando son prelectores les ayuda a ir teniendo contacto con los libros. A los seis o siete años cuando ya empiezan a tener competencia lectora podemos sentarnos a su lado e intentar que nos vayan contando lo que han entendido. Si notan que nos interesamos, se irán poco a poco aficionando hasta que se convierta en un placer solitario en la adolescencia. Además si ven a sus padres leyendo, intentarán imitar su ejemplo. ¡Conviértelo en una actividad familiar para enganchar a la lectura a tus hijos!
El placer de la lectura: ¿Cómo fomentar esta práctica entre niños, niñas y jóvenes?

La recién concluida Feria Internacional del Libro Costa Rica 2018 (FILCR2018), contó con la participación de diversos escritores internacionales, algunos de los cuales, brindaron sus valoraciones en torno a la forma en que, según sus experiencias, se debe fomentar la práctica de la lectura entre los niños, niñas y jóvenes; especialmente considerando la era digital en la que se desenvuelven hoy día
El escritor mexicano, Jorge Volpi, expresó que su pasión por la letras inició desde los 12 años de edad, ya que su padre había sido toda su vida un asiduo lector, por lo que siempre le recomendaba lecturas.
El argentino Hernán Casciari, explicó que su padre, contador de profesión, le enseñó a leer y escribir desde muy pequeño. “Aprendí primero a escribir a máquina, antes que en manuscrita, y empecé a escribir cuentos muy pequeñitos, historias, pequeñas poesías… cualquier cosa”, afirmó el escritor.
En el caso de la escritora ecuatoriana Gabriela Alemán, su acercamiento principal con la lectura se dio en su adolescencia, mediante su abuelo paterno, un poeta reconocido del Ecuador, cuya biblioteca estuvo a disposición de Alemán cuando este enfrentó problemas de salud que lo obligaron a vivir con la familia de Alemán, por lo que se llevó su biblioteca con él.
Estos escritores coinciden en que la era digital, y más puntualmente, el libro electrónico, más que un “enemigo” del libro físico, es una alternativa para fomentar la lectura desde plataformas diversas. “Me parece muy bien, pues da la oportunidad a otras formas de lectura, simplemente hay que tratar de enseñar a los niños para que el libro físico no les parezca algo extraño ni aburrido, sino que lo puedan estar combinando naturalmente con el mundo digital”, explicó Volpi.
Por su parte, Casciari fue contundente al expresar: “Vos le dejás a un chico un libro o le dejás una tableta electrónica, y si en ningún caso, después de la lectura o del visionado, te ponés a charlar con el chico acerca de lo que acaba de leer, ninguna de las dos sirve. Mis hijas, tanto la chiquita como con la grande, ven libros, tabletas, televisión y series; el tema es que después de verlo, charlemos acerca de eso”.
Gabriela Alemán, expresó que “no existe una cultura de libros digitales en América Latina; la gente volvió al libro convencional”. Sin embargo, afirmó que la era digital ha facilitado la circulación de literatura latinoamericana digital, lo que facilita encontrar más obras de nuevos escritores, “por lo cual nos conocemos mucho más”.
¿Cómo motivar a niños, niñas y jóvenes a leer más?
Volpi inició indicando que la lectura no puede volverse algo tedioso. “Hay que enseñarles a encontrar historias, que pueden estar en el papel, en redes sociales, en las páginas de internet o en los juegos electrónicos, es decir, lo importante son las historias, para que no vean la literatura como algo lejano y aburrido”, externó el mexicano.
“Lo importante es mostrarle a los niños una historia que puede ser divertida, entretenida, tanto en un libro como en la televisión o en el mundo digital y no hacerles ver que leer es un castigo; por ejemplo, que si no lees no puedes salir a jugar o ver televisión; al contrario, hay que buscar la forma de ligar una cosa con la otra”, concluyó Volpi.
Casciari reafirmó que no hay que tenerle miedo a los formatos. “Jamás le he tenido miedo a que mi hija esté viendo televisión una hora, pero después: ¡Vení para acá! ¿Cuál fue la trama principal? ¿Y la segunda trama? ¿En qué momento se da cuenta el protagonista que…? Eso lo podés hacer con Moby-Dick en libro o con cualquier película. Es un tema de que a todo el mundo nos resulte divertidísimo que nos puedan contar una historia y después destripar la historia; no tiene tanto con leer o ver, con tabletas o celulares”.
“Después de que el chico esté media hora con una historia, enriquezcamos esa historia. Si esa historia la leyó o la vio, da igual. A mí, cuando mi hija me cuenta algo sobre alguna historia, nunca le pregunto ¿lo leíste o lo viste?, como si eso fuera mejor o peor”, afirmó el argentino.
Por último, la escritora Gabriela Alemán es clara al afirmar que en temas de fomento a la lectura, no se puede obligar a nadie a leer. “Cuando llega un profesor y te dice: ‘Te tienes que leer esto’, lo vas a odiar y otra cosa es pensar qué libros das a qué edades; no puedes dar El Quijote a jóvenes de 12 años de edad, porque lo van a odiar, por el tamaño, por la lengua, etc. Pero ese mismo libro, después de haber leído otras cosas, de entender un poco más del mundo, al leerlo a los 18 años de edad, lo vas a amar”, explicó la ecuatoriana.
Para cerrar, Alemán comentó una anécdota sobre un método de fomento a la lectura que experimentó en Colombia: “Conocí a una mujer maravillosa en Medellín; una profesora apasionada. Ella lo que hacía era que llegaba al aula y comenzaba un libro. Leía las primeras 15 páginas con emoción y todos se quedaban atraídos por la lectura y de pronto, cerraba el libro. Había varias copias más de ese mismo libro en la biblioteca del colegio, por lo que todos salían a conseguir rápido su copia para conocer qué pasó en aquella historia”.
Considerando las valoraciones de estos escritores, podría deducirse que la era digital viene acompañada de una serie de plataformas que enriquecen y potencian el acercamiento con la literatura. Puede ser desde la temprana edad, desde la adolescencia o incluso en la etapa adulta, un libro siempre puede ser de gran ayuda en el desarrollo de los individuos.
“La gente que no lee se pierde una maravilla, que es poder navegar épocas, recorrer países, vivir en el cuerpo de un anciano, en el de un niño; si eres hombre, vivir en el cuerpo de una mujer; si eres mujer, vivir en el cuerpo de un hombre. Todas esas lecturas te enriquecen como ser humano, te hacen entender al otro, que creo que si algo falta en este mundo, en este momento, es entender al otro”, Gabriela Alemán.
7 películas perfectas para fomentar el amor por los libros
Con personajes lectores que aman los libros o intentan salvarlos, podrás lograr que tus estudiantes descubran el placer de leer y el valor detrás de una gran obra literaria.
Se pueden hacer recomendaciones en clase, exigir lecturas obligatorias de grandes clásicos, resaltar la importancia de ciertos autores y sus obras, argumentar la importancia del papel que cumplen los libros en la sociedad, en los procesos de aprendizaje y explicar de todas las formas posibles que además del mundo digital, hay un universo impreso lleno de historias de ficción y no ficción, que incluso en pleno siglo XXI, merecen ser descubiertas.
Pero también hay otras estrategias que permitirán a los estudiantes entender el valor de los libros, el valor de la lectura. Una de esas estrategias es el uso de películas, y no sólo aquellas que se basan magistralmente en grandes obras literarias, sino también algunas en las cuales los libros son sin duda los protagonistas de la narración. Todas estas películas tienen algo en común: personajes que aman leer, personajes cuya prioridad son los libros o personajes que de alguna u otra forma descubren el placer que hay en la lectura. Son por eso, una excelente alternativa para invitar a la lectura y recordar los beneficios que ofrecen las páginas de papel de un buen libro.
1. Mis tardes con Margueritte
Margueritte es una anciana a la que le encanta la lectura. Todos los días se sienta en el parque a leer sus novelas favoritas. Un día, Germain, un hombre de unos cincuenta años y casi analfabeto, se sienta con ella y comienzan una bonita amistad. Margueritte lee algunos extractos de sus relatos a Germain y éste descubre un mundo nuevo.
2. 84 Charing Cross Road
Basada en el libro de Helene Hanff en el que la autora reproduce la correspondencia mantenida durante años con el empleado de una librería de Londres, ubicada en el N°84 de la calle Charing Cross. Fue una amistad que unió por 20 años a esta escritora estadounidense que vivía en Nueva York con Frank Doel, el librero. La escritora y el librero no llegarán a conocerse personalmente, pero el amor por los libros los convertirá en amigos.
3. Mr. Pip
La historia sucede en la isla de Bougainville (Papúa Nueva Guinea), que en 1991, enfrenta una guerra civil. El único hombre blanco del pueblo decide reabrir la escuela y enseñar a los niños. Sirviéndose del libro de Dickens, logra fascinar a los alumnos, especialmente a una joven muchacha.
4. La ladrona de libros
En 1938, una niña es dada en adopción a una pareja porque su madre debe huir de Alemania por sus vínculos con el Partido Comunista. La niña, como muchos otros en esa época, es obligada a sumarse a las Juventudes Hitlerianas. Cuando empieza la quema de libros, a pesar del riesgo, ella rescata uno de la hoguera, El hombre invisible de H.G. Wells. Después logra tener acceso a una biblioteca de la cual saca los libros para leerlos clandestinamente en compañía de un amigo.
5. La historia sin fin
Un niño solitario llamado Bastián Baltasar Bux, escondido en el desván de su colegio, devora durante las horas de clase un libro enigmático, La historia interminable, que relata la paulatina destrucción del Reino de Fantasía, una especie de “Nada” misteriosa que destruye el país y a las criaturas que lo habitan. A medida que avanza en la lectura, Bastian se da cuenta de que la salvación de Fantasía depende de que él consiga entrar dentro del libro…
6. Farenheit 451
Suceden un país y una época no determinados donde leer está rigurosamente prohibido, porque impide a la gente ser feliz. Los bomberos del lugar tienen la misión de encontrar todos los libros que aún están en manos de la gente y quemarlos. Entre esos bomberos está Guy Montag, un bombero dedicado y convencido de su misión hasta que conoce a Clarisse, una joven maestra que lo hace dudar de todo.
7. La sociedad de los poetas muertos
Sobre la relación entre un muy particular profesor de literatura y un grupo de alumnos en 1959 en la Welton Academy, un colegio muy tradicional y prestigioso. Con poesía, humor y un método de enseñanza que rompe los esquemas, el profesor logra un cambio en la vida de sus alumnos. Recitando Oh captain, my captain, de Walt Whitman, impacta desde el inicio a este grupo de jóvenes que se obsesionarán también con este género literario.
¿Cuál es tu preferida?
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